domingo, 2 de enero de 2011

CAP 16 Dedicatorias Inauditas

Es una promesa – le contesté – lo tendrás listo para tu cumpleaños. Una vocecilla en mi cabeza no paraba de gritar a los cuatro vientos: ¡Te quiero!



Tanto tiempo… ni que te hubiera pedido hacer mi biografía – contraatacó Cris, con cara de incredulidad, dejando descansar su cabeza en la pared fría de acero. – yo quería sólo un poemita.



Estamos Cris y yo sentadas en el ascensor, no se porqué pero a ninguna le preocupa si alguna vez nos sacan de aquí. Hemos estado hablando sobre a que sitios le gustaría que la llevara, que tipo de comida le gusta. Y entre estas conversaciones me sale con que quiere de regalo un escrito de mi puño y letra.



Es fácil para mí cumplir su deseo, me ha inspirado un millón de escritos. Necesito tiempo; eso me falta, para plasmarlo todo en un libro. Por eso le he dicho que será su regalo de cumpleaños.


¡Que impaciente!– Agregué - te daré un adelanto, pero por los demás tendrás que esperar.


Uhm…ok. Nomás no te vayas a olvidar – Afirmó Cris; dándose un pequeño estirón - Estaré esperando en mi fiesta de cumpleaños, tu regalo y a ti.


Las palpitaciones, la sudoración excesiva,
El incremento de energía súbitamente…
Y mil sentidos que me alteras.

Siento a mil el dolor,
Una agujita que sigue toda una frecuencia,
Se amontona debajo de tu almohada...
Y los mil versos que te compongo.

Dejando escapar las cavilaciones,
Sonrisas de media portada,
Tu belleza eterna, esas maripositas en la nuca…
Estas letras que me inspiras.

Te encontré, busqué…nos perdimos
Y no nos hallamos, los cuentos inventados,
Las predicciones climáticas en plena medianoche…
Y por supuesto los apapachos de 3 minutos.

Vicisitudes de la vida, el rozar las palmas,
Las miradas profundas, analizando los mil colores,
Las mil expresiones, los miles de momentos,
Y los pensamientos recontra modificados por ti…
Esos sueños que aunque despiertas. No se alejan.
Eres realidad.




Uff...por fin lo saque de mi cabeza – me giré a ver a Cris, espero le haya gustado; ni idea como se acomodó todos esos versos, ella tiene una magia en mi. - ¿Te gustó?


No necesité respuesta; ella me beso, lento y sin aviso. Tibio, dulce.


Te quiero – pronunció cuando terminó de degustar todo mi labio.


Digo…tú me gustas, y bueno… - no entendí el porqué se ruborizo tan escandalosamente – quien sabe es muy pronto…yo, no te asustes…no, no es necesario que respondas. – su voz se apagaba con cada palabra.


No puedo creer que tenga dudas. ¡Acaso piensa que duermo con cualquiera que me cruzo en un ascensor!...mmm… Quien sabe no soy la persona correcta para hablar de temores y dudas, yo que cada dos segundos estoy vacilando con mis acciones y confesiones.


Pero es Cris, la reina de la seguridad. De la confianza. Como puede ser que este nerviosa. Entonces escucho una voz en mi cerebro, recordando ciertas cosas:


“…me dolió sí, casi dejo de estudiar en la universidad por ella sí, y desde ahí tengo miedo a confesar a otra persona mis sentimientos por temor al rechazo, sí. “



La rodeo en un abrazo, y la aprieto como si quisiera protegerla del mundo, curar esas heridas invisibles. Ella tiene miedo al rechazo, a que huya. Siento como relaja sus músculos, y se deja envolver por mis brazos.


Me he dado cuenta, que hasta el momento nunca le he dicho directamente que la quiero. Ya es hora.


Cris, debo decirte que… - estaba lista para pronunciar esas 2 palabras, ella se acurrucaba en mi pecho – que…que…yo soy la cobarde, no tú – resoplé en lo bajo. Era cierto, yo soy la miedosa no soy lo suficiente franca; escondí mi rostro en su cabello castaño.



Pasamos unos momentos en esa posición, ella borraba sus temores, yo los despertaba. Tengo miedo que cuando salgamos de este lugar nos separemos. Ella se olvide de todo, y yo también. No quiero que sea un recuerdo. La abrazo con desesperación, apreciándola en todo su esplendor. No me dejes nunca. Mi niña, lee mi mente, antes de que nos despidamos…averigua todo el amor que te profeso.



Ni se enteraba todo la angustia que se acumulaba en mi cabeza, si sólo me afirmara que esto no es pasajero.


Se desprende del abrazo, y me sonríe, yo la imito. No debe preocuparse por mis absurdos. Debo alegrarme por haberla conocido, por dedicarme sus caricias, y hacerme un lugarcillo en su corazón. Por lo menos, imaginare que es así.


Dejaré la tristeza para cuando esté sola, ahora ella me acompaña.


*** ***



8:30am

Una hora más. Siento el crujir de mis tripas; necesito alimento, me hace falta el desayuno de ayer que no tomé, la cena que no tuve tiempo de preparar. Tengo sueño, y debo terminar un par de informes urgentes. Mi jefa creerá toda esta historia…claro que debo cortar ciertas partes jejeje, los hechos “indecentes” me los guardo, y bajo cuatro llaves, 10 candados, y una caja fuerte enredada por una cadena.


Sentimos una especie de vacio, unos ruidos fuertes, y nos zarandeamos en pleno suelo.




El ascensor comenzó a subir.




Mirábamos la puerta, contentas ambas. Entonces poco a poco disminuyó su velocidad. Estacionándose en el noveno piso.


Sonó un pequeño “plink”. Abriéndose las puertas, y dejando entrar aire limpio en nuestros pulmones.

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