viernes, 15 de abril de 2011

Aviso raro XD

Vacaciones!!
Hi, Hi,

Paso por aki para avisarles k ando de "vacaciones" jajajaa eso kiere decir k no escribire nada por ahora, ni estare por inter, ni nada... XD salvo en skype *-* (es k kiero pasar un tiempito de calidad con cierta persona rara, torpe y desubicada >_<... y aparte de eso otras cosillas mas jujuju *-*)  nahh en fin.. es bromita n.nU (lo digo en serio jujuju), pronto les traere novedades al blog, y a los distintos foros donde participo, y bla bla bla, mientras tanto diviertanse, y cualquier sugerencia, comentario, pedidos, etc... a mi correo de yahoo: urdluna@yahoo.com

Por otro lado queria mencionarles que busko historias reto XD... con eso me refiero a k si tienen alguna idea de una historia k kieran ver como fic largo o corto, me pasen la voz, y si me llama la atencion la trama, me dara mucho gusto escribirla.

Cuidense mucho, y agradezco a kienes apoyaron la campaña por el regreso de kei Takumi XD... vamos como 50 personas k le dieron al botoncito me gusta...eso me sorprendio bastante n.n...

Saludos gentika n.n

sábado, 2 de abril de 2011

Las aventuras de kei PARTE 1

Hi hi, les dije que pondria esta historia "seudo juvenil" (pork antes estaba orientada a un publico infantil) pero no se, espero k les guste, trate de cambiar un poco el estilo de escritura n.n


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El dia colorido de kei


Como toda historia, debe existir un protagonista, quien relate lo que ocurre, quien sea el mas valiente, el mas divertido, el mas interesante, esta vez no será diferente; A decir verdad, nuestro personaje principal es “diferente”, primero no es valiente, ni inteligente, tampoco divertido ni colorido, es una chica pero no cualquier chica, es una niña que desde niña le gusta todo lo relacionado con lo oscuro, ¿a que me refiero? Uhm… bueno, te la describo de esta manera:
“kei, niña de negro,
Todo su día debe ser negro,
Se viste color negro,
Tiene un gato negro,
Sus zapatillas son negras,
Sus uñas también,
No usa rosado,
Aunque los perros hablen ingles;

Kei es una chica pesimista,
Todo debe ser negativo,
Si algo es colorido,
Ella se encarga de volverlo un martirio,
Odia el rosado,
Sonreír es un pecado,
Los chistes no le hacen gracia,
Ni el sol por su ventana”

No te asustes con ella, a pesar de ser diferente, en el fondo es muy buena. Aunque no veras en su vida un color dorado, celeste o rosado; Es kei una niña con muchas cualidades, es curiosa como ninguna, graciosa sin pretenderlo, tiene una imaginación gigante en su cerebro, y le gusta la música de todo genero; cariñosa ¡ups! es un secreto.

Ahora que ya sabes lo principal, ven, demos un paseo por su mundo tan especial.

Te aseguro, no podrás, parar de leer, ni siquiera un instante, ya lo has de ver. ¡Adelante!

Las mañanas era el momento del dia mas difícil para kei; ella no quería que los rayos del Sol se colaran por su ventana, por eso cada noche se encargaba de cerrar cada espacio, cada milímetro, colocaba en perfectas condiciones su cortina; y rogaba que lloviera la mañana siguiente.

Sin embargo, sus planes tan detallados, eran fácilmente estropeados por su madre, ¡oh si! Ella no sabia o tal vez si, que su hija amaba la oscuridad, le encanta dormir largas horas sin que nada ni nadie la moleste.

Kei abrió muy despacio los ojos sabiendo que sus sospechas eran ciertas, por una rendija de la ventana una pequeña línea luminosa se abría camino hasta apuntar a su escritorio. Cerro sus ojos tratando de que esa noticia no la enojara, volviendo a dormir y recordar ese sueño tan bonito que tuvo. 

“Se imagino viviendo en un mundo diferente, donde en las mañanas la gente dormía, y cuando se ocultaba el Sol, todos salíamos a pasear, a estudiar, a divertirse. Su casa era otra, tenía unas puertas grandes como de castillo, a su costado izquierdo estaba un pequeño timbre, el cual llevaba un letrero que decía: Si me tocas, me escuchas. Provocada por la curiosidad, Kei se puso de puntillas para apretar el botón, entonces una hermosa melodía comenzó a sonar…
Casa de oscuridad,
Donde la luz no puede entrar,
Si tu quieres te dejas atrapar,
Y a tu mundo nunca regresar…

Bueno, para gustos musicales, Kei era excéntrica, lo que en su pequeña cabeza era un éxito mundial, para cualquier Dj era una porquería sideral. Terminada la primera estrofa de la canción en cumbia, la niña de negro quiso saber como seguía y nuevamente su dedo índice se deslizo hacia el timbre.

Te animas a probar,
Otra realidad,
Donde tu colegio no existe,
Ni esos colores dulces persisten,
Aquí nuevos padres tendrás,
Y de los antiguos te olvidaras…

Daba saltitos de alegría Kei, y se movía al compás de la música, era tan genial, jamás en su vida escucho tan perfecto ritmo, ni siquiera las cumbias villeras se le igualaban, esto iba hasta el infinito.

De pronto escucho que la puerta se separaba, dejo de estar cerrada, para que ella pasara. La niña de negro no lo pensó dos veces, era una invitación certera, así que asistirá allí sin pena. Cuando el primer paso dio, y luego el segundo, la puerta desapareció, dejándola sin rumbo. 

Al principio se asustó, apretó los puños; retrocedió un poquito, hasta que su espalda choco con la parte posterior de la puerta. Sentía pisadas acercándose, y su pulso se aceleró, su respiración se entrecortó, pero de su pesadilla no despertó.

Entonces dos sombras de negro se aparecieron ante ella, dos figuras, dos personas, dos siluetas que se asoman. 

Un señor alto de cabello largo, pintada su cara de blanco y negro, en formas raras pero bonitas, con sus dedos hace la señal de rock, y saca la lengua; No, no era el vocalista de kiss, el tenia en estos momentos un tour por Los Ángeles, supongo que esa información no llego a tiempo al sueño de kei.

Niña de negro, ¿Qué haces aquí? – Le sonríe y le ofrece una mano – No te esperaba tan pronto.

La pequeña kei no sabía como responder a eso, ¿La estaban esperando en este mundo? Sin tener mucha confianza le dio la mano, y de paso se fijó en la mujer a su costado.

Era su madre aunque algo “diferente”. Demasiado distinta, Sus cabellos largos y negros bajaban por sus hombros, su maquillaje de gótica, su ropa estrafalaria, a juego con sus botas de cuero. Ella la saluda con un hola.

Mamá ¿Qué haces aquí? Y esa ropa – Su sorpresa no terminaba, porque al instante en un comedor se hallaban sentadas - ¡Que diablos!

Ups! Falto editar esa parte. Como muchas lo he hecho, es que kei no sabe que es un cuento de niños, que jamás una mala palabra tiene que escribirse, mucho menos decirse, son un secreto. 

¡Que hacemos aquí!, ¿Quién es él? – Unos platos sobre la mesa caían del techo, como era martes sabía el menú. Y no le complacía comerlo – No quiero, No quiero, No me gusta.

Pero si no sabes lo que es, prueba un poco esta vez – Con esa titilante voz, el señor de la casa le ofrecía un banquete en su honor – Hoy estamos de fiesta, tú has llegado a la hora correcta.

Escúchame kei, este es tu nuevo papá, lo alquile en la tienda de al lado – Le repartió a su esposo un tazón de helado – Si no te gusta, lo devuelvo y conseguimos otro reemplazo. 

Uhm… - La idea era descabellada, la medite dos segundos y sonreí a mi nuevo papá – Esta bien, parece el adecuado.

En comparación con mi antiguo papá, este era mucho mejor, sonreía en cada ocasión, no era adicto al gimnasio, ni deporte alguno, eso me decía su porte. Su ropa era ajustada de negro, tatuajes en cada agujero, pulseras de tachas en cada muñeca, botas de goma, con pasadores de calavera, si esto era un sueño ¡bienvenido sea!

Cenaron muy rico esa noche, cuando Kei supuso que la mandarían a dormir, sus nuevos padres la detuvieron ahí; aquí recién empezaba la acción, y las amanecidas era el mejor momento del día. Le señalaron su habitación, por suerte quedaba en el mismo rincón. Subió las escaleras corriendo y silbando, quería conocer la decoración de su cuarto.

En pleno escalón Pereza se acostó, y casi kei se da un tropezón.

Pereza, sal de aquí– Le gritaba al gato ocioso y negro, que se fuera del lugar, pero no esperaba que le fuera a contestar – déjame pasar, ¡Que animal! No sabes hablar…

El gato se sentó, se estiro, y comenzó a lamer su cuerpo, entonces con voz de gato habló: Kei, kei, kei nunca aprendes, si pides por favor me moveré, te falta educación… lo sé.

No hubo tiempo para sorprenderse, ni armarle un escándalo al gato ese; La niña de negro paso por su costado, sin murmurar por lo bajo, un par de lisuras con ajo: Recutisimo gato que te parió.

Cambie la grosería por una tontería, en vez de la P coloque una C, si quieres lo arreglas, bajo tu propio riesgo, yo sólo te advierto.

El gato no se sintió ofendido, las reacciones trogloditas de su dueña eran conocidos, se volteó a despedirse, y junto al dedo medio decirle: Miau, Miau, Miau.

No le hizo caso a Pereza, le intrigaba encontrar su cama, su closet, y su computadora, sus posesiones más valiosas, tanto como su colección de música atormentada, esas que producían bajones de autoestima, depresión como en cantina, y lagrimas sin salida.

Giro el manubrio, y abrió los ojos tan grandes como platos, una luz se apodero del ambiente, ella no logro evitarlo…”

Despierta, niña despierta, mira que ya amaneció – La desafinada voz de su madre la saco de uno de sus mejores sueños - ya los pajaritos cantan y la luna se ocultó.

Se oculto tras las sábanas, su madre las jaló. Se tapo con las almohadas, su Madre las lanzó, cogió a pereza de su regazo y encima de su rostro lo colocó, su Madre le jalo la cola, y el gato como loco sólo huyó.

Refunfuñando como siempre, así la niña emo despertó. Alejándose prontamente de la luz de ventana, los colores fosforescente de su habitación, los peluches rosaditos en el cajón, su computador todo viejo en la repisa, y su madre con una alegre sonrisa. ¡Oh no! ¿Por qué tiene que haber tanto color?, ¿Por qué el día no se hace noche?, ¿las clases en la madrugada?, y que no entre mas la luz por mi ventana.

Se acomodó el cabello a un costado, cubriéndole el ojo izquierdo, le dio el “buenos días” a su madre, y le pidió retirarse para vestirse, ya era hora de ir al colegio.

*** ***
En el camino a clases, siempre pasaba junto a un lago, se quedaba un par de minutos contemplándolo, y luego de jugar a verse en el reflejo del agua, y preguntar ¿Quién es la más hermosa?, siendo ella quien se contestaba, la respuesta era: “tú lo eres”, con su ego aumentado, ya se iba a estudiar.

Esta vez no fue diferente, salvo que al acercarse a la orilla del lago, encontró a un niño sentado, no le gustaban los admiradores, prefería pasar sola el rato. Se quedo a cierta distancia, observando que hacia este chico.

Se fijo en su reloj y ya era tarde, debía apurarse. Fue directo donde el muchacho, no estaba segura que contarle, para que él se fuera a otra parte.

¡Hey tú!, este es mi lago, ¡fuera! – Como ven, no tenia modales, ni palabras cordiales, creía que era su reino y los demás sus súbditos abnegados – Sha, sha, asustaras al agua si tanto te ves, cómprate una mascara y vuelves.

El muchacho se puso colorado, un tono rosado sus mejillas tomaron, no supo que contestarle, cogió sus cosas en silencio, y se apartó de la chica de negro. 

Eres mala, muy mala – Las lagrimas escurrieron por sus ojos marrones – Ya veras, que esto me lo pagaras, niña de negro.

Ajá, Sha cánsate del drama – con su mano lo echó mas rápido al pobre muchacho - bla bla bla

Kei tenía un problema de lenguaje, no pronunciaba bien el “ya” y el “yo”; según su padre, era un desperfecto de fabrica, es que durante su gestación, su madre se empalago de un programa de televisión, el cual dicho sea de paso, era uruguasho. Se cree que por eso desarrollo un acento marcado, o quien sabe caídas que se dio en el pasado, sus padres nunca fueron cuidadosos con ella, la dejaban gateando rogando que se fuera.

Cuando se dio cuenta que por fin el niño tonto se alejó, ella se sentó para ver su reflejo, suerte que el agua no puede hablar ¿verdad?, se sonreía en el lago, se cambiaba el peinado al otro costado, acomodaba su pulsera de tachas, sus aretes de calavera, y su collar de piedras. 

Practico un rato una voz dulce en su garganta, antes de preguntar en voz alta:

Lago, Laguito, Lindo y bonito, Tu que me miras de noche y de día – Le encantaban conversar con el agua, quien sabe leyó la leyenda de Narciso, o vio demasiadas veces la cenicienta - Dime ¿Quién es la mas bonita?
Uhm… yo que conozco a todas las niñas de este país, porque muchas veces se vienen a morir aquí, o junto a mis amigos los arboles, esos de allí. Yo que te he visto todas las mañanas a ti - Ahora hacia un esfuerzo por cambiar su voz, a un tono mas profundo y “sabio” – puedo decir con verdad y firmeza, que niña mas bella, sólo están esas, ups! Diré tu, mi niña princesa.

Se reía ella sola de su viveza, de su juego de niña traviesa, en el cual era una obligación ganar, Ella la niña de negro de su comunidad, era la más bella de este planeta.

Entonces una idea se le ocurrió, bajo la cabeza a la altura del agua, y quiso darse un beso ella misma, Cerro los ojos para capturar la emoción, su propia imagen la devoraba con pasión. Pero lo único que logró es darse un buen chapuzón. 

No entendía que pasaba, flotaba en el agua, pataleaba para escaparse, sin embargo nadie la rescataba.

Su vista se dirigió donde hace segundos ella estaba, y ahora el mismo muchacho feo, de kei se burlaba.

Jo, Jo, Jo ahora nada – Se reía tanto que su estomago frotaba, sus carcajadas en toda la aldea se escuchaba – Niña emo, ¿necesitas ayuda?

¡NO!, y espera que salga “#%$#&%$/%&/%&#$%”#$”#$”#5/&%/&% - De tantas palabrotas que salían de su boca, el chico tonto se escapo del lugar – Sigue corriendo Forrest Gump, sigue, sigue, ahora mismo te saco la #”%$#%$#%$#%$#&%$

Con sus manitas seguía flotando, intento nadar pero recordó que nunca fue a su clase, se quedo en la primera lección, ¿adivinas cual es? Es cierto, respuesta correcta: Flotar.

Y ahora, ¿Cómo C**ajo salgo de aquí? – ha lo lejos vio a unos niños caminando de la mano – Ahora pedirle ayuda a estos pequeños… lo que faltaba.

Así como la bruja sedujo a Hanzel y Grettel, kei pensaba atraer a esos niños, aunque no tenía una casita de chocolate ni dulces en sus bolsillos, una sonrisa amable era un buen inicio.

Los dos pequeños inocentes, no escuchaban la voz de kei, y divisaban una mancha negra en el lago, como su profesora le había enseñado, el petróleo era muy malo. Suspiraron, de la mano se fueron, hoy tenían una gran historia de cómo el medio ambiente lo arruinaban, la gente y sus trabajos, sin pensar que era legado, patrimonio humano, y que debía ser preservado.

Kei desde el lago se canso de gritar, ladrar, y maullar; nadie venia a buscarla, ni de casualidad se aproximaba. Además de eso el Sol quemaba, ya eran muchas horas en el agua, y seguro se arrugaría su piel, quedando como una pasa.

Por suerte cuando ya era aproximadamente las 2 de la tarde, no era tanto el calor, poco a poco descendía. Y eso le aliviaba bastante a la niña de negro, aunque se percató que le sonaba la barriguita, desde la mañana que nada comía. Una gran sed también le molestaba, lastima que no podía tomar el agua donde nadaba.

Suspiro y suspiro, renegó y se peleo, grito a todo mundo, a su mala suerte, a este día colorido, a su vida, incluso le pateó al lago, lamentablemente ni lo sintió. 

¿Qué pensarían en su colegio? Dibujo a su profesora en el cerebro, y con esos lentes gruesos, al llamar la lista de niños, darse con la sorpresa que una no vino. Entonces revisaría los nombres y si era Kei takumi quien faltaba, se alegraría de la nada. Esa niña era atípica, había enseñado a pequeños problemáticos, sin embargo ella era la peor. Hablaba hasta por los codos, distraía a sus amigos, siempre con el look de negro, y la pulsera de tachas ya ni se gastaba en pedirle que la sacara.

Nunca hacia la tarea, su pretexto era: No entendí. Cuando sonaba el timbre ella era la primera en salir, si le pedían colaborar con una actividad, Kei buscaba refugio en la oscuridad. Ya hasta converso con sus padres, ellos no eran culpables. Trabajaban de lunes a sábado, sin descanso, no podían dedicarle el tiempo que requería, cansados por las tardes, a las justas dos frases intercambiaban, una de ellas era: ¿Ya hiciste la tarea? Y la otra no hagas bulla.

Esa era la respuesta, esta niña necesitaba atención, y por eso con su atuendo, comportamiento, reclamaba indirectamente cariño. Es una opción ¿no?, la otra conclusión: simplemente es rara.

Claro, así lo clasificaba la profesora Andrea, etiquetaba a los niños por su ropa, actitud, sus padres, ella era la profesional dispuesta a curarnos, ¿y si yo no quería ser igual que los demás? Acaso era un pecado. Lo dudo.

Supongo que se preocuparan – Era muy tarde, ya sus padres debieron llegar, y al no hallarla en casa, por cada avenida la fueron a buscar – No deben estar lejos…

A las 7 de la noche, se asusto bastante, amaba la oscuridad pero no tanta oscuridad, le gustaba los lugares negros pero… no tan negros. La luna y las estrellas en el cielo eran lo mejor pero no cuando te encontrabas sola, húmeda, miedosa en el lago.

Veía a cada rato pasar autos por el camino, con las luces encendidas, ninguno prestaba atención a un cuerpecillo indefenso y negro en el lago. Seguro se mimetizaba con el ambiente, era imposible verla, ¡Se volvió transparente!

Resentida y molesta con sus padres, ninguno fue a rescatarla; la dieron por perdida, así de fácil se olvidaron de ella, tantos años compartiendo con ellos, y a la primera desaparición se acostumbraron. Kei era la única hija en su familia, no tenia hermanos para jugar, sólo a su gato pereza. El que no hacia mucho, salvo dormir, comer, volver a dormir, rasguñar el sillón, comer, buscar que le rasquen la cabeza, e ir a mi cama a tirarse encima de mis sábanas.

¿Por qué no me rescatan? Se que preferirían otra hija, una que fuera buena en casa, en la escuela, y en la calle, que no hablara mucho, que no vistiera de negro, que fuera normal. ¿No se supone que los padres aman a sus hijos?, sin importar que sean tan imperfectos. 

En eso siento que alguien silba, trate de ver quien era. Una rama de un árbol toco mi hombro, lo atrape con mis dos manos, y alguien del otro lado, ya estaba jalando. Por fin salía de este embrollo. Por lo menos llegaría a tiempo a la cena, tengo tanta hambre que incluso el atún enlatado de los martes será riquísimo. 

Beberé una gran taza de té, me calentare junto a la chimenea, y luego iré a mi computadora – La rutina perfecta para una niña como kei – seguro mis amigos virtuales me extrañan. 

Seguí contenta, hasta que alcance la orilla, era un alivio no sentir los pies en el vacio, mi pantalón mojado, mi camiseta mojada, mi cabello húmedo. Estornudé. Uff… lo que faltaba, ahora estoy resfriada.

Gracias, me salvaste – Le agradecí a la persona que me rescató - ¿Cómo me viste entre tanta oscuridad?

Es que yo amo la noche, y mis ojos están acostumbrados a ella – Al ver bien su rostro me quede asombrada, no era cualquier persona – Nos volvemos a encontrar.

Era mi otro papá, el cantante de Kiss, el que tiene look de emo combinado con fan del heavy metal. ¿No fue un sueño? ¿Qué hace aquí?

¿Tú? Pero… pero – Me tape la boca con una mano, no quería gritar – Eres real.

Jajaja, si lo soy, tan real como que estas mojada, tan real como que vine a buscarte, y llámame Papá – Saco la lengua y con sus dedos hizo el símbolo del rock – Soy el papá que tu quieres ¿verdad?

Asentí con la cabeza.

Mientras caminaba con él lejos del lago, mi cerebro formulaba muchas respuestas, tal vez me ahogue, y ahora di a parar a este mundo. ¿Por qué aparecerían los personajes de mi sueño? Mi papá alternativo era genial, sabia de toda clase de música, me recomendó unos videos en youtube, y unas canciones que en cuanto llegara a casa, las descargaría con el programa Ares.

El era divertido, hacia muecas graciosas, me comento que mamá nos tenia preparada una sorpresa, un gran tazón de helado. Me abrace yo solita, de sólo imaginarlo mas frio sentía. Hoy no deseaba eso, mi paladar esperaba un encuentro con el atun enlatado, con la salsa de tomate caliente con la que mi madre la preparaba. 

No quiero helado, tengo frio – Le dije, y mi padre alternativo se detuvo en el camino - ¿pasa algo?

Uhm… bueno, nosotros comemos todos los días helado, con dulces al costado, con galletitas de chocolate, y lo mas ricos emparedados – Enumeraba cada cosa, e incluso se le hacia agua a la boca – No son tus preferidas las golosinas

Si, lo que pasa es que… - No me dejo terminar de hablarle. Ya estaba dando saltitos otra vez, vueltas en el aire, malabarismo con unas piedras, y tarareando cumbias al revés.

Podía adaptarme a esta nueva familia, total sólo hoy tengo frio. Mañana hallare a ese niño, y me vengare del empujón. Ya deseaba estar en casa, cambiarme esta ropa, e ir a mi camita, abrigadita con mi cobertor, a Pereza lo dejaría dormir a mi lado.

Este… uhm… ¿papá alternativo? – Le pregunte – No nos equivocamos de camino, mi casa es por el otro lado.

Nuevamente se detiene, y se pone a la misma altura que yo, por un segundo pensé que esos pantalones tan ajustados no resistirían ser comprimidos. 

¡NO! Por el otro lado, vive la gente con Sol – Señala en dirección a mi casa – Nosotros los seres oscuros, vivimos en la penumbra.

Tuve un mal presentimiento, no quería alejarme tanto de casa, a pesar que mis padres alternativos eran geniales, no eran los mismos. Los aburridos, renegones, y quejumbrosos de siempre, que no entendían mis gustos musicales, ni mi ropa diferente. Jamás con ellos podía conversar de mis gustos, de mi día en la escuela, ni nada.

¿Pasa algo hija mía?, Falta poco para llegar – Su entusiasmo me aturdía, un padre no debe comportarse como niño – Creo que hoy podemos hacer una fiesta, el volumen será tan fuerte que romperemos la ventana de los vecinos del frente.

Apreté los puños en mi espalda, ya me aburrí de este juego, quiero volver a casa, ese fue mi ruego.
Mientras el padre alternativo de kei le relataba todo lo que harían cuando llegaran, la pequeña niña de negro, se alejaba pasito a pasito de él. No sabia porqué, ¿no había sido su mejor sueño?, alejarse de su vida de luces por un momento. 

A cierta distancia de su padre emo, el abrió los ojos, y descubrió que su hija oscura, huía por el camino, de regreso al lago, corrió detrás de ella para atraparla, pero la muchacha lo que no tenia de lista, lo tenia de rápida.

Siguió corriendo como el viento, sin apartar sus ojos del sendero, no quería voltear ni por un segundo. Escuchaba los gritos de su padre: ¡DETENTE! ¡NIÑA DE NEGRO! ¡DETENTE! ¡SOMOS TU FAMILIA PERFECTA!, ¡NOSOTROS SI TE QUEREMOS! ¡VEN! ¡VEN!

De repente tropezó con una roca, así era de torpe la niña kei, con cualquier cosa se caía, rodaba, se enredaba o golpeaba. Con miedo giro su vista hacia atrás, no había nadie persiguiéndola. 

Trato de darse calor con sus manos, el frio era demasiado. Los estornudos no paraban, sonarse la nariz era indicado, pero ni un papel seco había encontrado. Despacio se levanto del piso, miro el cielo oscuro, la luna era la única que brillaba para ella, y las estrellas la acompañaban en esta noche. 

Luna Lunera, casca velera, ojos azules, boca morena – Recordó una pequeña canción que ella misma adaptó – porque no te duermes, ya es primavera, vuélvete emo, así a mi manera. Estrellas del cielo que malogran mis sueños, porque no se chocan y desparecen del firmamento.

Se arrepentía haber elaborado esa letra, ahora ellas eran su consuelo. Se disculpo en silencio, y luego les sonrió, comentándoles que se encargaría de darles otra canción.

Sintió unos brazos alrededor de su cuerpo, alguien la cargaba como si fuera una pluma, un gato maullaba mirando la luna. Era el verdadero padre de kei, que desesperado salió a las calles a averiguar donde se hallaba su hija. 

Papá, bájame de una vez, no soy una peque – Miro a ambos lados la niña de negro, chequeando que nadie la observaba - ¿Por qué tardaste tanto?

Con tu madre nos separamos, por cada camino nosotros gritamos: Kei, Kei, te estamos buscando, pero ningún niño respondió al llamado – Después de ya estar en el piso, me tomo de la mano, y nos fuimos caminando hasta cruzarnos con mi madre – Mira a quien atrape, dice que se cayó al lago otra vez, es tonta…lo sé – Se rieron ambos de mi forma de ser, mamá me dio un beso en la frente y con su chal me cubrió los hombros. 

Hasta Pereza salió a las calles, avenidas, y también parques – Me señaló mi Madre, al gatito negro y ocioso que amaba tanto – Otra vez no te vayas, te queremos los tres.

Así mi papá, mi mamá y mi gato, nos fuimos en taxi, de vuelta a mi casa, a cenar atún enlatado. Aunque no soy perfecta, mis padres peor, y Pereza ni hablar, somos los tres, y nos llevamos tan bien.

Por la ventana posterior del taxi, veía a lo lejos el lago, y en eso una figura a su costado, un hombre alto y de negro, una mujer de cabello largo, y un gato algo despistado. Ellos tres me despedían con sus manos.

Me devolví al asiento, tuve un escalofrió, espero jamás soñar con esos personajes, ni su mundo sin color. Prefiero tener ambas cosas, en la mañana al señor Sol, y por las noches a la señora Luna. Ambas están muy arriba, y aunque me pierda ellas me abrigan.

Miau, Miau, Miau – Mi gato se acostó en mis piernas, le sobe la cabeza. Al instante se estiro, ronroneo y se durmió.

A pesar de todo me gusta mi vida, es oscura y sombría, con pocos colores pero muy divertida.

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