Deseo

¿qué pasa si aún tú me mueves?
Si se desbarata el cielo cuando me miras,
Se detiene mi tiempo,
El corazón da golpes fuertes,
Me atacas el pensamiento,
Guerra de emociones,
Queriendo tu tacto,
Anhelando tus sonrisas.

Y me muero a pedazos,
Me enfermo a latidos,
Se agota mi oxigeno,
Reduciendo a nada el universo,
Si tu te vas,
Si das tu risa a otro ser,
Me desespero en mi espacio,
Te reclamo en silencio,
Escondo mis ganas,
Me suelto del juego.

Otra vez vas por mi,
Acelerando mi pecho,
Eliminando mis miedos,
Con tu cabello cayendo,
Rosando tus labios,
Son tus pecas besables,
Es tu piel atrayente,
Que aunque mire a otro lado,
En mi mente me tientas,
Te retiras el saco,
Soltando botones,
Me hace añicos la calma,
El borde de tu pantalón que aparece,
Insinuando un camino,
Que no puedo recorrer.

Esta vez soy quien huyo,
Quien se oculta a tus ojos,
Que no desea oler tu perfume,
O chocarnos en cuartos,
En ambientes tan solos,
Tan apetecibles al tacto,
Donde puede generar un desliz,
Y que tu boca acabe en la mía,
Amarrándose mis manos a tu cintura,
Agonizando con tu cuerpo quemando,
Tan cerca que me ajusta la ropa...

Despacio, no me limites el sabor,
Ni me arrincones por favor,
Sin borrar de la memoria los amores,
Deja de gustarme tanto, que me rindo.
Uno de estos días te lo digo,
Te secuestro en un baño,
Y terminas en mis manos,
Con tu voz colando en mis oídos,
Tus suspiros en graves secuencias convertidas,
Que van a ritmo rapido,
Asi... asi van.
Aniquilando mi ultimo sentido,
Desesperandome por tomar lo que ahora es mio.

Sequedad en la garganta.
Y no es por frío,
Sudor en el rostro,
Cual delito,
Mil fantasías formándose sin pausa,
Y tu a pocos metros observando como si nada.

No debo, no puedo,
Fuck, quien te quita este deseo.
Y esta noche tu en tu cama,
Y yo renegando con la almohada,
Tu en pijama corta por verano,
Yo duchandome para calmar las hormonas... pero es en vano.
Tal vez tu sonriendo al pensar en mi,
Tal vez yo, me arrepienta de no seguir...

Deseo, palabra peligrosa, que no tiene ni un poquito de lógica, actúa desenfrenada, como atacando presa en la pradera, sigilosa esperando el momento, cuando de un movimiento te atrape y seas mi alimento.