viernes, 1 de noviembre de 2013

Noche de Compras III


Hola Señorita, Muy buenos días – Una voz demasiado contenta en mi celular – ¿ya despertaste?


Ajá – Mi respuesta real era: Mier*a!!  Como carajo se te ocurre despertarme a las 7am, no ves que hoy es sábado, hoy puedo levantarme al mediodía, y tú pequeño humano no evolucionado me llamas al celular – hablamos más tarde.

No, no, hoy tenemos un clima esplendido para salir, tenemos que ir al mar – Que tendrá en el cerebro este individuo, no nota que mis ánimos son los peores – Además me prometiste que hoy saldríamos todo el día.

“todo el día”… perdón, no era para que lo tomes textualmente, solo era almorzar contigo, que me acompañes a comprar animes y cada quien a su casita. Sin embargo no queda otra que esperar que Miguel se dé cuenta.

¿Qué te parece si me buscas a las 4:00pm? – cerré mis ojos y abrace mi almohada, mi último comentario al teléfono sería un bye - hasta mañana

Ey, espera, no me cortes… estoy en tu sala – QUE!!!! ¡Como que está en mi casa! – sabía que no recordarías, que ayer me dejaste dormir en tu sofá… vamos hazme ese favor de ir a playa ¿sí? – con ese tonito de niño pequeño no me convencería.


Pero Miguel, quiero dormir, no soy amante del deporte – si quisiera amantes seria de chicas guapas en mi cama, teniendo otra clase de aventuras, o chicos que no hablaran tanto ni tuvieran ese toque de románticos – en fin, ok. Ya voy. – Me quite la flojera como pude, estirándome poco a poco y despidiéndome de mi amada cama.

Perfecto. Regreso en 15min, voy a traer mi auto – Escucho la puerta cerrarse.

Sabía que no siempre podía ganar pero valía el intento, media zombi me dirigí a mi closet.

En eso siento que mi pequeño celular cae de la cama, no pude evitar sonreír al recordar la conversación que tuvimos hasta muy tarde con Vane. Nos escribimos varios mensajes toda la madrugada y no sé cuál de las dos se durmió primero.


6 horas Antes – En plena Madrugada.

Iba borrando 6 intentos de respuesta, ninguno era lo suficientemente bueno para enviárselo. Después del 1er sms asegurándole que era mi número y no tenía que seguir intentando, ni gastarse el saldo con 1000 personas más. Fue algo escueto mi mensaje: “Soy yo. Buenas noches”. 

SMS Vane: “En serio ¿eres tú? Ya que voy recibiendo como 5 sms de gente que dice ser Jay y no son  L… así que tengo q hacerte un par de preguntas para estar segura. ¿Aceptas?”

SMS yo: Ok, dime.

SMS Vane: “ 1. ¿Cuándo me conociste que llevaba en la mano izquierda? 2. ¿Monster high o Barbie? 3. ¿mi edad? 4. ¿Me besaste? 5. ¿Quieres tener una cita conmigo?

SMS yo: jajaja algo ridículas las preguntas…. Pero ok :) 1. No sé. 2. No sé. 3. Eres menor que yo. 4. …no 5. No sé.

SMS Vane: Eres tú!! Lo sé porque ese “…no” fue tan cute. Pd. Te sonrojaste al escribirlo jujuju ;)
En este momento, sí que le atino. Y me daba cólera que a pesar de estar comunicándonos por mensajes pueda intuir mis reacciones.

Ya verás – Me pongo a teclear en mi celular. “Di lo que quieras, bye”.

SMS Vane: ey no te enojes, fue broma. Vamos Jay, acuérdate que tengo de rehén a tu auto… y si no quieres que sufra un choque…. Merezco la oportunidad de una 2da cita. Por qué hoy con todas las interrupciones que tuvimos, pues no califica como el mejor encuentro ¿no?

Entonces para ella si fue una cita esta noche; la estaba pasando bien esta madrugada. Hacía meses que no me divertía tanto utilizando el celu. Además de imaginarme a una Vane también respondiéndome desde su cama, era un pensamiento interesante para mi corazón.

SMS yo: mmm lo pensaré, te aviso mañana. Hasta luego :)

SMS Vane: T.T ¿me dejaras tan pronto esta noche? Buuu y yo que creía que nos íbamos entendiendo bien, ya tenía todo preparado en mi cama…. ;)

SMS yo: jajaja ¿con esa frase se supone que caen? Soy más exigente…

SMS Vane: me ofendes U_U. Estas más relajada por celular o es que al verme te robo el aliento, Vane 1 – Jay 0

SMS yo: BYE!!! YO 10000 – Vane duerme sola ;)

SMS Vane: :( eso es jugar sucio. Bueno te dejo dormir, Que tengas lindos sueños, esperare tu respuesta sobre la cita. Besos.

No pude dejar el celular después de ese mensaje, me quede dormida mirando esa pantalla. Vane era interesante. Me quite el cobertor, ya que esta noche tenía demasiado calor y la pijama que estaba usando no era del todo ideal para la estación.



Del Closet tome un buzo deportivo, zapatillas, un polo. Luego un poco de agua del lavadero y con eso sería suficiente para quitarme el sueño.

Saco de la refri una bebida fría y en la mesa encuentro unas galletas de ayer. Eso me serviría como desayuno rápido de fin de semana.

Como va a tardar mejor voy a dormir un ratito – Veo el sofá y comienza a atraerme como imán. – Bien, tu ganas, vamos a acostarnos – cierro mis ojos y espero que el hecho de ir a playa con Miguel solo sea parte de una pesadilla.

Nuevamente en mi cama, ni recuerdo como me arrastre hasta las profundidades de mis sabanas. Se sentía tan bien estirarse en el colchón de 2 plazas.

Ya despertaste – Giro a la derecha y me encuentro con que una chica duerme a mi lado, pero no cualquier mujer, es Vanessa. – No me vas a dar un beso de buenos días – Su media sonrisa me desvanece y muy obediente me acerco a sus labios, si ella me pedía un besito no sería capaz de negárselo.

Muy bien, así me gusta… - me acaricia el rostro y se desprende de las sábanas, dejándome perpleja al percatarme que esta chica lleva solo ropa interior. – ahora porque no hacemos algo de ejercicio – Pasa su dedo índice por mi pecho, ligeramente tocándome el polo e insinuando que para el ejercicio no es necesario usar ropa.

Claro preciosa – Me aproximo a ella, acomodándome encima de su cuerpo – me gustas.
Tú también – Quien me responde no es Vanessa, sino que al lado izquierdo esta Miguel también sin ropa – Chicas porque no me despertaron, yo también quiero hacer deporte.

¿Qué haces aquí? – No me da tiempo a reaccionar y sus labios me están besando profundamente, sin dejarme ni por un instante despegarme – mmm… muy bueno – no podía negarlo me encantaba esos besos sin previo aviso.

Jay, yo también quiero – me distrae Vanessa y siento como empieza a besarme el cuello lentamente.
Miguel se pega más a mi cuerpo y mientras estoy dopada por las caricias de Vanessa, me doy cuenta que ella se retira el sujetador.

Ey para, stop – no podía seguir haciendo esto. Miguel miraba a Vanessa de una forma que me ponía celosa. Vanessa era solo para mí – Chicos, quiero dejar claro esto, Miguel no puedes acercarte a Vane, ni mirarla, ni tocarla, ni nada.

Pero ya no sería un trio – refuta Miguel, mientras intenta retirarme el pijama que llevaba puesta. – no es más divertido jugar los tres a la vez.

No, no y no. – Esa respuesta me molesta.

Lo que pasa, es que Jay no quiere compartirme – me sonríe mientras acomoda la almohada de su cabeza – ni siquiera en sueños desea que sea de otra persona.

¿Por qué haría algo así Jay? – se cuestiona Miguel. Mientras sigue aproximándose a donde estamos las dos – si yo soy su novio, es a mí a quien desea en la cama no a ti.

Wait! Podemos regresar a donde estábamos – mis manos se deslizan hacia el cuerpo de Vanessa. – Miguel muévete más allá, estamos casi al borde de la cama.

Antes de que te caigas, quiero seguir – el tono de voz de Vanessa me calienta y hago de cuenta que no existe otra persona en el cuarto – así me gusta.

¡No es justo! – Miguel enojado nos empuja fuera del colchón.

¡Ay! ¡Idiota eso dolió! – Abro los ojos y estoy sola en el piso de mi departamento. Al parecer me quede dormida en el sofá – fuck! Ese sueño…. – me cogí la cabeza, sí que estaba mal para tener esa clase de pensamientos con una chica que recién conocí – necesito urgente una ducha fría.

Mi celular comienza a sonar y es Miguel que me informa que está esperándome en el 1er nivel del edificio. No tuve tiempo más de lavarme el rostro y rogar que la calentura fuera bajando. Joder que suceda eso justo ahora.

Hola Miguel, veo que estas animado – que fresco se veía este chico, unos shorts y una camiseta sin mangas, lentes de sol y encima de su auto su tabla de surf. Sí que pensaba que yo iría a nadar al mar – creo que no te lo dije antes pero no soy fanática de la playa, así que vamos a algún lugar oscuro, suavecito y que involucre una cama. – Seguía pensando en ese sueño raro con Vanessa.

No medí mis palabras hasta que el rostro de Miguel adquirió un tono rosado en las mejillas, creo que se le ocurrieron varias ideas que combinaban con mi dialogo.

¡Espera! No, no es lo que quise decir, déjalo, mmm vamos al mar – entre lo más rápido que pude a su auto, cerrando fuertemente la puerta y ocultando mi rostro de él – Miguel… ¿subes? O yo manejo.

Si, si, lo siento – seguía algo traumado por mi comentario, tal vez Miguel no era tan tranquilo como me lo imaginaba. – Vamos – Arrancó el motor y comenzamos a movernos, no nosotros, el auto.

La tarde paso mientras yo dormía bajo una sombrilla en la orilla de la playa, mi mascota estaba feliz en el agua (me refiero a Miguel), no mentiré y un par de veces se dio cuenta que lo observaba nadando o en la tabla, el chico se sentía un súper modelo cada vez que le prestaba mi atención, era un problema latente  que sea él quien tenga más estrógenos en la relación.

Que cuerpo que mantenía el condenado, esos músculos marcados por el ejercicio, quitarse el polo, el short tan pegado a su anatomía…. Me entraba más calor que el mismo sol. Debí haberme dado ese baño de agua helada antes de salir.

Basta de distracción para mis hormonas – me dije yo misma, mientras evitaba que la arena se me subiera encima – por esto y muchas cosas más, odio ir al mar.

Miguel salió del agua después de un par de horas, estaba mojado de pies a cabeza, se sacudía el cabello, desordenándolo aún más. Sin medir bien la distancia termino al lado mío, muy pegado. Su cuerpo húmedo y caliente, me tenso los músculos, quise alejarme ligeramente sin que lo notara, no quería que sospechara mi reciente aceleración del corazón.

¿Pasa algo? – Ni pude concentrarme en averiguar con que intensión lo pregunto.

Oh, bueno, mmm me ha dado mucha sed – voltee a mirarle a los ojos, y aquellos iris marrones me hipnotizaron en cuestión de segundos - puedes traer... un – pase saliva, si no formulaba una oración completa, terminaría con este chico encima mío – una , ahm… coca cola.

Jajaja, claro. Ahora mismo – Me dio un beso en la frente y así de rápido como llego, se levantó directo hacia una tienda cercana.

Uhm… eso no estuvo nada bueno, de ninguna manera – trate de respirar con normalidad, inclusive me puse en posición de meditación, tenía que calmar ese calor y energía interna a punto de erupcionar– vamos, concentración, hay que alinear el chacra - cerré los ojos y

Una pelota de voleyball termino directo en mi rostro.

Auch!! Fuck, porque me pasa esto a mí – castigo divino por estar teniendo pensamientos impuros con chicos, jajaja nahh total no iba en la mejor parte – ¿de quién mierda es esta pelota?

Lo sientoooooo – se acerca una chica corriendo hacia donde estaba – lo siento, es que no calculé bien y bueno, me la devuelves.

Antes de que mi lado vengativo hiciera efecto, me resigne a comportarme como una señorita.
Ok, toma – Pelota directo a la playa – ups… se me fue.

Ja ja que graciosa – Se va algo molesta la chica.

No pude aguantar las ganas de hacer eso, además no quería ir a la playa, si no fuera porque Miguel me obligo a venir, estaría tan arropadita en mi camita y tal vez planeando la cita con Vanessa.

*** ***

5 Horas antes – En plena Madrugada


¿Qué pasó? – Hazel me habla desde el sofá, se encontraba como siempre viendo películas en madrugada. – ¿no puedes dormir?

Algo así… - Vanessa tenía una sonrisa dulce en el rostro. Se sienta a mi costado y abraza una almohada – he tenido un día movido pero al final parece que todo salió bien.

Se puede saber que bicho te pico ahora – me daba curiosidad verla con esa expresión de enamorada. Me distrajo por completo de la película – no se supone que tu cita se malogro o… - Me levante rápido del sofá y la tome de los hombros – No puedo creerlo, trajiste a una chica a la casa, luego de que te deje en claro que las reglas son NADA DE SEXO en el departamento, tienes que aprender a controlar tus hormonas – ya me había disgustado, no es posible que Vanessa al no conseguir a Jay, se levantó a otra muchacha, un número más en su larga lista de conquistas.

Jajajja tan así me crees, que soy toda wow que paso por la calle y las chicas me piden a gritos que la lleve a la cama – no paro de reírse de mí. Ni se inmolo con mi llamada de atención, comienzo a pensar que tal vez me confundí – Me halaga que pienses así de mi – me da unas palmaditas en la pierna -  tranquilízate mujer, no tengo a nadie en mi cama, por lo menos esta noche.

Mmm tengo dudas, tal vez hubo alguien y ya se fue – Levante los hombros.

En serio, vamos, si quieres revisa mi cuarto. Te juro que no hay ni hubo nadie. – Se recuesta en mis piernas.

Ya, ya ok, solo que me confundiste – la mire aún dudosa pero al instante ese sentimiento se transformó en cariño. – Bueno, es que tenías cara de estar super feeling – Me encogí de hombros y cambie de canal - ¿quieres ver una peli conmigo?

Si genial, la verdad que estoy contenta – La mire de reojo, ya conocía esa faceta y no me gustaba lo que seguía – Hace poco estaba conversando con Jay por mensaje de texto, no sé cómo le atine a su número – Se estira para quitarse la flojera, dejando que su pijama deje algunas partes de su estómago a la vista – En fin, no quiero aburrirte. Veamos algo – Se levanta de mi regazo y Coloca su brazo sobre mi hombro, haciendo que deba acercarme a ella, me gusta cuando tiene esta clase de detalles.

Me aprovecho del momento, completando el abrazo entre Vanessa y yo, me llena el corazón sentirla tan cerca, apoyo mi cabeza en su hombro y así tan pegadas como estamos, cualquiera nos confundiría con una pareja. Sin embargo, es solo una amiga…

Al cabo de un rato, el ruido del televisor me despierta, abro mis ojos poco a poco, algo desorientada siento que hay un bulto sobre mí, me muevo para intentar aligerar el peso y escucho la respiración de cierta personita.

Es ella, Vanessa

Estamos las dos en el sofá, no sé cómo hemos terminado una encima de otra. Ella recostada encima de mi cuerpo y mis pechos sirviéndole de almohada. Al parecer está profundamente dormida, ya que aunque intento zafarme, no me deja mover. Me atrapa con sus brazos en sueños. Lo que es peor, en cada movimiento para girarla a un costado, Vanessa se frota contra mí.

No se cuanto pueda resistir, mis mejillas las siento encendidas en plena oscuridad. Mis latidos se escuchan fuertes y vigorosos, aumentando el ritmo cada vez que me pongo a pensar en que el cuerpo de Vanessa está arriba mío. Para colmo su pijama es de verano, por lo que unos shorts y un polo sin manga es lo único que nos separa de un contacto más íntimo.

Contengo la respiración para apaciguar mi adrenalina, quería controlarme pero mis dedos comenzaron a recorrer un camino sinuoso y complicado. Mi mano en el borde de su polo, en el límite que lo dividía con sus shorts, es ahí donde cometí mi delito, rompí el contrato de amistad después de años con ella.

Mi mente se olvidó de la razón. Por al menos un minuto me despoje de la etiqueta de amiga; me propuse acariciar su cintura, Su piel suave, delicada, fácilmente adictiva. Me controle para no ir más profundo, la suerte me permitía este desliz sin embargo hay que saber cuándo retirarse. Sabía que no era lo correcto aprovecharse de ella en esta situación pero jamás imagine que la deseara tanto, tanto que iba a disfrutar el tiempo que podía acariciarla.

Lo malo de estar tocándola, es que mi cuerpo me exigía continuar, no era suficiente ese espacio para conocerla, debía recorrerla por entero, sentía esa necesidad, una intranquilidad infinita al hallarla tan cerca y no poder arrancarle la ropa.

40 minutos, 1 hora, 2 horas sin dormir.

Era fuente inagotable de insomnio. Vanessa suspiro un par de veces entre sueños, crispándome la piel, despertando cada molécula. Se volvió indispensable deshacerme de esa sensación, quiera o no, tenía que escapar del sofá y de lo que representaba ella para mí.

Mmm tengo que irme – En voz baja me despido, retirándome lentamente.

Es así como hago uso de todo mi ingenio para rodar el cuerpo de Vanessa al respaldar del sofá y aligerar un poco el peso para poder escapar de ese lugar.

Le dedique una última mirada a su extraña forma de dormir, y desaparecí directo en mi habitación, era demasiada calentura para una noche.

*** ***

Acepte tener una segunda cita con Vanessa esta misma tarde, así que adelante mi regreso de la playa. Además que no quería terminar totalmente bronceada.

¿Qué te parece si salimos en la noche? – Se baja del auto miguel y me da un beso en la mejilla – vamos a tomar unos tragos con algunos amigos

No puedo, ya tengo planes para hoy – le doy unas palmadas en su brazo y sonrío por compromiso – bueno, nos vemos.

Me doy vuelta para ingresar a mi departamento pero Miguel toma mi brazo, obligándome a parar mi huida y mirarlo.

Te quiero – Sus labios se apoderan de los míos y  me arrima a su cuerpo, sintiéndome por primera vez como si le perteneciera. Abro los ojos asustada por la situación.

Ah, lo siento. Estoy apurada – me despido.

No hubo oportunidad de que dijera nada más, me encontraba confundida después de ese beso, no me gusta sentirme así, el salir con él sólo era cosa de un capricho, una tontería pero al parecer no le explique lo mismo a Miguel. Siento que lo engaño, le doy a pedazos la verdad, tal vez me asusta verme en una relación.

Tenía que sentarme a analizar mi vida y como la estaba conduciendo todo este tiempo, sin embargo ya era tarde para cancelar mi salida con Vanessa, después podría meditar junto a un par de tequilas.

Entre usar un vestido, una falda o un par de jeans se me pasaron las horas, tenía que ponerme de acuerdo en alguna vestimenta o terminaría yendo con ropa interior a la velada. Cuando más ansiosa te pones más difícil es que tu cerebro te diga que estas perfecta con tal o cual ropa. Había algo en cada prenda que hacia me quite todo y vuelva a buscar una mejor combinación.

Cuando ya no quedaba más tiempo, termine con la primera cosa que me probé, una falda, un polo, unos tacones, maquillaje, accesorios y lista.

Baje apresurada las escaleras y tome el primer taxi que paro en la avenida. Seguramente llegaría unos minutos tarde, me pregunto si Vanessa se demoró tanto en vestirse también. No quería hacerla esperar, así que saque mi celular con la intensión de mandarle un mensaje diciendo que voy en camino, al final lo borré, total si está interesada esperarme un rato no le hará daño.

En cuanto llegue al lugar de la cita, me di cuenta que mi look debió ser más bohemio o por lo menos de salida a la disco, iba demasiada tranqui, supongo que ya no había opción de regresar a mi departamento y escoger otra ropa.

El lugar que escogió es un bar bastante popular, además en esa calle hay miles de antros uno frente al otro, donde si quieres puedes pasártelo toda la noche cambiando entre disco, bar, escuchar música, full diversión nocturna.

Tratando de aligerar los nervios entre al bar y busque a Vanessa. El lugar estaba repleto, el dj estaba haciendo un excelente trabajo con la música, la gente se lo pasaba en grande, había varias zonas de baile y un par de mesas cercanas junto con unos muebles. Además en la parte superior una especie de segundo nivel vip, donde más personas conversaban y bebían.

Hola, ¿tan sola por aquí? – un chico se para frente mío, deteniendo mi búsqueda - ¿quieres bailar?
No, gracias. Estoy buscando a una persona – me zafe como pude de ese tipo y me aproxime a la barra, desde ahí llamaría a Vanessa para saber dónde estaba.

No hizo falta llamarla, porque en la barra, la susodicha se encontraba de lo más entretenida con un par de chicas. Su cabello brillante, un maquillaje que la hacía lucir más sexy de lo que ya era, un vestido ajustado y corto, dejando un buen escote a la vista y sus piernas largas tan bien formadas. Su risa era contagiosa, y comprendo porque esas chicas que la rodeaban se hallaban en éxtasis con solo formar parte de su club de fans. Sus labios no dejaban de formar una sonrisa, la forma en como de rato en rato bebía un poco de su copa.

Sin embargo ante tanta belleza junta, me sentí algo cohibida, no termine de acercarme a la barra, especialmente al mirar la ropa que traía y que no me daba la seguridad que necesitaba para robar su atención. Vi un par de chicos limitándose a saludarla y hacer un ligero movimiento con sus copas para poder brindar con ella. Uno se animó a invadir su espacio personal y pedirle un baile; Vanessa conociendo a la perfección sus dotes para enamorar, sólo le dio un beso en la mejilla y negando con la cabeza su oferta. El chico se encoje de hombros y se va hacia el grupo de amigos que le esperaban.

Tal vez por eso me invito a este bar, quería que la viera en todo su esplendor, cuando es irresistible al ser humano.

No resistí tanta presión y por donde llegue pase a retirarme, al haber tanta gente dudo que note mi presencia o que si no aparezco se la pase en su casa triste, por supuesto que no, ella debe tener varias personas capaces de hacerle olvidar esta tonta cita.

En plena calle, quise buscar un taxi pero no era tarea fácil, me aconsejo una pareja que lo mejor era caminar un par de cuadras, que por esos sitios encontraría autos. Les iba a hacer caso pero el camino que señalaron estaba algo oscuro y sin mucha gente. Así que preferí permanecer en ese sitio hasta que un taxi apareciera.

Indecisa sobre contestar el teléfono, veo en la pantalla de mi celular el nombre de Vanessa, ¿estaría preocupada por mí?, deje que sonara el aparato sin darle pie a contestar, fueron como tres llamadas cuando se rindió.

Mi consciencia no me permitía estar tranquila sabiendo que la dejé plantada, por lo menos tenía que darle algún motivo. Me propuse escribirle un mensaje mientras aguardaba un taxi que llame para que me recogiera.

Yo sms: Lo siento, tuve un imprevisto y no pude avisarte antes… otro día quedamos. Bye

No hubo ni un segundo entre que envié mi mensaje y su respuesta.

Vane: ok, ¿estás bien?
Yo sms: Si claro, sólo es algo del trabajo que debo terminar esta noche.
Vane: No es buena idea que te la pases trabajando hasta tan tarde, ya que no puedes venir… ¿Qué te parece si yo voy a buscarte?

No iba a rendirse esta chica, sin querer apareció una sonrisa en mi rostro, no espere que prefiriera pasarlo conmigo trabajando.

Yo sms: No quiero molestarte, además esta tan buena la noche, deberías salir. Yo estaré entretenida entre papeles y café.
Vane: Te cuento que preparo un riquísimo café J también hago delivery jejeje
Yo sms: ok, tú ganas.
Le pase mi dirección no sin antes mencionarle que iba a salir a comprar un par de cosas y que en una hora nos encontrábamos, eso me daba chance de buscar que trabajo me iba a pasar haciendo toda la madrugada.

*** ***

Chicas lo siento pero debo irme – Tome de un solo golpe la copa de vodka con naranja – besos

Espera Vane – Esa chica es sin duda Diana, una morena guapísima que ya había tenido el gusto de llevarla a la cama. - ¿Por qué tan pronto?

Ya quede con alguien y me está esperando – le tenía cariño, la habíamos pasado bien esas noches que estuvimos, sin embargo no eran más que eso, aventurillas de madrugada – nos vemos – le di un beso en la mejilla pero ella lo termino en mis labios.

Si cambias de opinión tienes mi numero – metió un pequeño papel en mi escote, aunque no había necesidad de que lo hiciera, ya lo tenía grabado en mi celular, tal vez fue con otra intensión ese movimiento – bye

Al salir del bar, vi bastante gente que recién llegaba a invadir todos los locales, sin duda era el mejor sitio para divertirse. Lástima que Jay no pudo venir, me hubiera encantado mostrarle todos los recovecos de este lugar. Como arte de magia, veo la figura de una chica conocida subiendo a un taxi, no podía creer lo que mis ojos veían, estoy 100% segura que es ella, Jay.

¿Qué hace aquí? – Termine hablando sola en la calle – no entiendo.

Por más que pensé en ello, no es lógico que hubiera venido todo el trayecto para luego solo desaparecer e invitarme a su casa.

Quien sabe los tragos que tome me hicieron alucinar, aunque… mmm era ella.

Oye Vane, tan temprano y te vas – Un chico pelinegro interrumpió mis pensamientos– venga, vamos a tomarnos algo, no has traído a Hazel contigo.

Hola Manu, lastima para ti pero Hazz no viene conmigo – el chico se quedó algo desilusionado, sabía que la única forma de que mi amiga apareciera por esas calles, es cuando la obligaba a que se divirtiera junto a mi – Ya sabes cómo es, debe estar en el depa viendo películas.

Manuel es simpático, no tan alto como debía ser un chico sin embargo lo que le faltaba en ese aspecto lo tenía en otros, bastante amable y divertido, delgado aunque los músculos no eran su fuerte. Sé que le gusta Hazel desde que se la presente, ella ni se inmuto y lo trata como un amigo, tardo como tres meses en conseguir que Hazz le dé su número, y al final según me cuenta son pocas las veces que le contesta el celular.

Trato en reiteradas ocasiones de armar algún plan maquiavélico para juntarlos, salidas en parejas, salidas sorpresas, invitaciones a tomar, etc. Pero Hazz es bastante escurridiza y de una u otra forma averigua mis planes y logra escaparse. Tal vez no debería meterme en su vida, quien sabe ya hay alguien que le guste; la quiero un montón y no me gusta que se la pase en el trabajo, el depa o saliendo con sus amigos de la universidad. A quienes nunca he tenido oportunidad de conocer, puede ser que sea bastante diferente a sus amistades, me da curiosidad.

Vane y si voy a su depa, ¿crees que ella me abrirá la puerta? – Entre broma y realidad me pregunta eso, parece que Manu quiere dar un paso mayor – jajaja nada, olvídalo.

Es cosa de arriesgarse – lo veo algo tímido y le doy un pequeño empujón mandándole un mensaje a su celu con la dirección – Ya te pase la dirección, ahora depende de ti. Nos vemos Manu, pórtate bien.

Gracias Vane, que te la pases súper – Esta feliz y se despide para irse con un grupo de amigos que lo llamaban desde cierta distancia – y cuando llegues al depa no olvides tocar la puerta, sólo por precaución.

Jajajaja lo dudo pero ok – le doy un beso volado y me voy.

Debía primero pasar por casa y cambiarme de ropa por una menos fiestera, además es buena oportunidad para averiguar de qué humor esta Hazel.


*** ***

Iba un par de horas metida en Skype, conversando con Micky sobre lo que me paso ayer con Vanessa, Micky era mi confidente, a quien entre chiste y broma termine confesándole que me enamore de mi mejor amiga, él como siempre, me respondió que ya lo sabía todo desde la primera vez que le hable de ella.

Mujer pero es evidente al mundo entero que te mueres por ella – fue su reacción junto con un montón de emoticones – no hay otra persona de la que hables tanto.

Ya basta Micky, no me trates como una nena. Entiende que es mi amiga – las dudas que se interponían a que yo le confiese mis sentimientos – no puedo decirle de buenas a primeras que me gusta.

Ok, ok, entonces sigue contándome tu tragedia amorosa todas las noches – sabía que se reía de mi situación actual - no me gustan las novelas pero la tuya si es que un drama total.

Lo genial de hablar con Micky es que lo conocí por internet, eso quiere decir que en la vida real no sabía quién era, tal vez me lo cruce alguna vez en la calle pero como los dos preferimos mantenernos en contacto sin darnos los nombres reales, esta amistad es una maravilla, es como ir al confesionario salvo que en vez de que me critiquen y me envíen una sarta de medidas para corregir mi error, él se lo tomaba a la broma o me daba consejos salidos de novelas cursis. Era demasiado romántico para mi gusto, hasta le pregunte en alguna ocasión si era gay, él me dijo que no, que le gustaban las chicas y que al conocerme le caí tan bien que pensó que podría conquistarme, obviamente con el paso de los días se percató que a menos se llame Vanessa y sea perfecta, no había solución para enamorarme de él.

Basta de las burlas, lo que te digo es serio, ayer… ayer casi cruzo la línea – me moría de vergüenza tan solo escribir mi travesura. – nos quedamos viendo una peli hasta tarde y…

¿Y? no lo dejes ahí ¿Qué paso? – Salía en Skype que seguía escribiendo por lo que preferí esperar a ver que decía  - ¿te la jodiste? No, obvio que no…. En tu caso sería como uhm… llegaste a compartir un micro segundo donde sus miradas se cruzaron por la eternidad.

Te odioooooo, no, no fue eso. Te digo que cruce la línea, ella se durmió encima mío – tuve que poner enter antes de que mi mente me obligue a borrar todo – y estaba tan cerca así que, sin querer la acaricie….

Noooo, en serio? Lo hiciste! No pensé que tuvieras esos bajos instintos – sabía que era todo ironía tomándome el pelo – jajaja ok, ok, para estar en contexto exactamente que tocaste?

No te daré detalles, pervertido!! – me reía de Micky, sé que es un curioso tremendo – nada, solo el estómago, un poco más abajo, un poco más arriba y luego Salí huyendo.

Jajajjaa lo sabía, tendrías que haberme llamado para darte consejos – ya era la 5ta vez que me pedía compartir números celulares, según el seguiríamos teniendo el mismo secretismo de no saber quiénes somos, sólo que además del Skype habría otras oportunidades para mantenernos en contacto – y bueno… que hiciste después.

Nada, me encerré en mi habitación y he tratado de no toparme con ella, siento que pudo haber despertado y me pesa mirarla a la cara – abrace mi almohada y casi mi laptop termina en el suelo – soy muy lenta, a este paso no creo que se entere que me gusta ¿no?

Mmm No, ya veo que es más fácil que un meteorito choque la tierra a que el amor de tu vida (“Vanessa”) te diga que quiere que sean pareja – porque debía matar mis esperanzas, ya me había mosqueado demasiado la noche – tranqui, respira hondo. Sigamos con la guía…

“La guía” es una especie de novela que escribimos en conjunto desde hace un par de meses, lo llamamos la guía de dummies para encontrar pareja, ponemos todo lo que no debemos hacer y como  un plus las anécdotas o planes descabellados que hemos hecho para que se fije en nosotros la persona que queremos.

Bueno, me canse de hablar de mí, como te va con X – así llamábamos a la chica que le gustaba y que recientemente le estaba haciendo caso – ¿hay avances? Creo que terminare escribiendo sola la guía…

Jajaja no te preocupes, siempre tendrás mi apoyo para publicarlo, te diré que voy mejorando, a pasos pequeños, hoy por ejemplo la pasamos muy bien, lo consideraría como la cita perfecta para que por fin diga que me ama.

Woww eso sí que es avance – antes de seguir escribiendo, veo que ha puesto la opción de video llamada – ya dije que nada de cámaras.

No te preocupes, prometo no poner la cámara, será solo audio, ya me canse de tipear – bueno, estaba sola en casa, así que no habría problema – contesta.

Le di al botón verde, y espere con nervios escuchar la voz de Micky, como sería mi amigo online.

Hola! Tierra Llamando a Hazz – si ese era el apodo que había escogido para no delatar mi identidad – ¿estás ahí mujer?

Tenía un acento bastante alegre, no era tan gruesa su voz sin embargo era sin duda un chico. Era momento de presentarme.

Si, si aquí estoy Micky – termine saludando la pantalla aun sabiendo que nuestras cámaras estaban apagadas – bien, y que te parece este acercamiento del tercer tipo.

Jajaja alucinante, por un momento pensé en escuchar a un chico ronco – me reí muchísimo con su comentario – suerte que me equivoque, hasta diría que tienes una voz de chica guapa y sexy.

Jajaja claro que lo soy, solo que además de eso, soy cobarde y vivo en mi mundo imaginario – me estaba gustando esta relación con Micky – por cierto yo también pensé que tu voz sonaría diferente… algo más lady… jajaja

Ya vez que soy todo un hombre – sentía su risa animada del otro lado de la laptop – bueno, ya que ambos estamos solos esta noche, que te parece si vemos una serie.

Sí, claro. – Deje la pc a un lado del sofá - Sólo déjame traer una coca cola y regreso.

Ok, no te escapes, yo seguiré aquí hablándote – alzaba la voz para poderle escuchar desde la cocina – ¿hannibal?

Pasoooo, ¿otro? – Respondí desde la cocina. No había ninguna bebida en la nevera por lo que solo me quedaba tomar agua sola – que tal algo más entretenido.

Siento la puerta del departamento abrirse, mientras termino de servirme mi agua. Me dio miedo que Vanessa escuchara algún comentario de Micky sobre ella. Solté la botella de agua y me apresure a la sala.

Ya se cual es perfecta, the L world – se reía escandalosamente – creo que podrías sacar algunos tips de… - antes que siquiera mencione otra palabra cerré por completo la pantalla de la laptop, ahogando la voz de Micky al instante.

Ey ¿Qué pasa? jajaja – me miraba divertida Vanessa desde la puerta, obviamente el haberme lanzado como arquero sobre la laptop no era normal para mí – ¿me perdí de algo?

Negaba con la cabeza lentamente, mientras mi rostro tenía una sonrisa de psicópata. Tome la laptop en mis brazos y me fui directo a mi habitación.

Hazz ¿Qué tienes? – Escucho la voz de Vane desde la sala. Me pregunto si llego a escuchar algo. - ¿con quién hablabas?

Salgo del cuarto no sin antes escribirle un par de párrafos a Micky, indicándole que llego Vanessa y creo que le escucho, él me dice que hablamos después, no hay problema.

Me escudriña con su mirada, tratando de encontrar una pizca de evidencias sobre qué estaba haciendo, al no hallar delito se detiene.

Algún amigo de tu universidad – sonríe, mientras se quita los tacones y el vestido que trae. Esta sin duda guapísima, como puede no darse cuenta que enamoraría a cualquiera – me estas escuchando – suerte que no se percata de que mis ojos han ido a parar a su anatomía.

Lo siento, si, si, es un amigo – desvié la mirada al televisor, el cual dicho sea de paso está apagado.
No tenías que colgar, solo vine a cambiarme de ropa– una vez que esta con solo ropa interior se va a su cuarto, llevando consigo su vestido- siento interrumpir.

Luego le llamo, no era urgente – lo importante era saber a dónde iba a ir, si saliendo con ese vestidito no había vuelto con nadie al depa, entonces es que le esperaba alguien más para terminar la noche - ¿ vas a salir de nuevo?

Sí, tengo una cita… si se le podría llamar así – la escuche reírse y haciendo bastante ruido en su habitación – te acuerdas de Jay… bueno me dejo plantada pero he conseguido averiguar donde vive, así que le haré compañía – Salió usando un par de jeans y una blusa larga – logre que aceptara darme su dirección y voy a prepararle café.

Oh vaya, pensé que te ibas a rendir por eso de que tiene novio… ¿recuerdas? – Asiente la cabeza, en tanto se coloca un par de aretes en la oreja – además me pareció bastante hetero – A pesar de estar celosa por la noticia, Jay era bonita así que entendía porque le gustaba a Vane.

Mmm Si, tal vez pero quiero arriesgarme – Me coge de las mejillas haciendo que sonría para ella – no me esperes esta noche Hazz. Nos vemos, Besos.

Se va del departamento, dejando a su paso ese aroma natural que desprende, dejándome molesta por ser invisible para ella, dejándome sola y con esos pensamientos traicioneros donde Vane se besa con otra chica. Que odioso es enamorarse de tu amiga y contener con todas tus fuerzas esos sentimientos, por el miedo a malograr tu amistad.

En el fondo deseo que ella regrese. Jay iba a ser mi competencia, me cayó súper bien en mi trabajo pero no iba a permitir que se quedara con Vane. Como una vez me dijo Micky, a los amigos hay que tenerlos cerca y a los enemigos aún más cerca. No quedaba otra opción.


*** ***

Lo tenía todo preparado para su llegada, incluso compre un vino y lo puse en la nevera, no es que quisiera emborracharla, solo que más vale estar preparada para todo momento. Inclusive cambie las sabanas de mi cama.

Tocan la puerta y doy el último detalle al conectar mi laptop y abrir las ventanas de Excel donde se supone estoy concentradísima trabajando.

Hola! Pasa – Me arrimo para dejar entrar a Vane, se ha cambiado de ropa sin embargo sigue igual de preciosa – espero no tuvieras problemas en encontrar la dirección.

No nada, como ya te había seguido antes fue facilísimo jajaja– Se ríe profusamente al yo quedarme seria – es broma, me confundí un poco pero preguntando se llega a roma. Así que aquí estoy.

 Genial, ponte cómoda, le señalo los sofás – A pesar de haberme arreglado, de sentirme segura, igual ella hace un lio mi cerebro- Justo estaba terminando mi trabajo. Déjame que traiga algo de beber.

No te preocupes, si es que yo vine a preparar café, así que la cocina es ahora mi dominio – me sonríe y me invita a estar descansando en mi sala, mientras ella averigua donde quedaba la cocina – ¿dónde tienes la cafetera?

En el aparador, el que está encima del grifo – Escucho ruido y recuerdo que olvide ordenar las cosas - ¿estás bien? – No dejo que conteste y voy a ayudarla.

La encuentro sobándose la cabeza, y un par de vasos por el piso. Sí que tenía la manía de meter todo donde hubiera espacio, al final es bastante peligroso.

No es nada, solo golpes de la vida jajaja – me ayuda a juntar los vasos rotos del piso – ten cuidado te puedes cortar.

Suerte que no te paso nada, de todas formas déjame ver ese golpe – Se agacha para que pueda observar su cabeza, y no veo nada salvo una pequeña zona roja – bueno, no es nada, hay que ponerte hielo y listo.

Gracias doc. – Me agradece con una bella sonrisa en los labios.

Después del experimento con el café, el cual por cierto terminamos echando por el lavadero, no había forma de hacer funcionar a la cafetera eléctrica, así que lo ideal fue cambiarlo por un par de gaseosas. Ya que Vane se empañaba en mostrarme sus dotes culinarias, le deje libertad en preparar algo rico para acompañar las bebidas. Lo próximo que supe fue que tocaron la puerta del departamento para entregar un par de pizzas.

Mi departamento es pequeño, tiene lo indispensable, una habitación con baño incluido, una sala que compartía con la cocina y comedor, una excelente vista desde el balcón. Todas las paredes recién habían sido pintadas en un tono coral. Por lo que lo único que le daba vida eran los cuadros y color de los muebles.

Ya van a ser las 11, ¿Qué te parece si dejas ese trabajo de lado y te vienes aquí al mueble conmigo? – su propuesta era interesante, total ya me había cansado de fingir trabajar mientras Vane veía televisión – Mereces un descanso.

Tienes razón, además no quiero ser una mala anfitriona – me siento a su lado, sin estar lejos ni muy cerca de su cuerpo – Me pasas un poco de pizza.

Claro, toma – me da la tajada de pizza directamente a la boca, dude si seguirle el juego – vamos di ahhh…

Jajaja ok, ok ahhh – deje que me diera de comer, sin duda es bastante divertida y dulce. No me deja ver el lado de lolita conquistadora que observe en el bar – bueno, ahora me toca a mí…

No se quejó y abrió la boca para que compartiera un pedazo de la pizza. Nos la hemos pasado riendo y contándonos sobre nosotras, no hemos tocado el tema de Hazzel, ni que Miguel es supuestamente mi novio, ni el casi beso…

Dame un minuto, ya vuelvo – Mi celular comienza a sonar un tonito en especial, el cual estaba destino para Miguel, de esa forma sabía desde antes de ver su nombre que ya comenzaba a atormentarme. – Aló, dime.

Me fui a mi cuarto a contestar, no quería que este personaje se metiera en la linda noche que pasaba con Vane.

No, aun no pienso dormir, podemos hablar después, estoy viendo una peli – Miguel no dejaba de ser cariñoso, quería que le cuente que hacía en cada segundo – bueno te llamo, bye.

Volví tan pronto pude a la sala, para mi sorpresa no estaba Vanessa. La puerta de mi departamento estaba ligeramente junta y escuche su voz hablando con alguien.

Me quede en el sofá esperando que entrara, se tardó un par de minutos en despedirse. Quien sabe es alguna de las chicas del bar o puede ser que tenga novia. Ya venía siendo hora de descubrir qué clase de relación mantenía con la chica del centro comercial.

Lo siento, pensé que tardarías – regresa Vanessa y se acomoda al lado mío – y supongo que tu novio no sabe que estoy aquí ¿cierto?

No es mi novio, ya te lo dije – Era cierto, nunca acepte una relación formal con Miguel, él y su cabeza se inventaron todo el rollo de ser pareja, para mí es un amigo con el cual salgo de vez en cuando – es el quien cree que tenemos algo…

Ya veo, entonces eres soltera a pesar de las circunstancias – su brazo lo acomoda sobre mi hombro, envolviéndome en un abrazo, distraída en mis pensamientos soy un cachorro asustadizo con este acercamiento – me alegra que no estés saliendo con nadie… - inclina un poco su rostro, hablando cada vez más suave y lento. Se aproxima sigilosamente, siendo una maestra de la seducción, me acomoda un mechón de cabello rebelde, y no puedo evitar sentir el choque de su nariz con la mía. Respira, respiro. Me tiembla la boca, mi corazón se acelera, me queman los labios, mi respiración se agita, es ella o soy yo. Ya no sé si yo también le estoy produciendo alguna reacción, me percato de los escasos centímetros que nos separan, de que hace un rato que no hablamos, y tan solo nos hemos transportado cada una a los ojos de la otra. Dejándonos conocer hasta los más profundos secretos.

Mis labios juegan entre sí, quieren ser tocados, quieren sentir esa boca cálida. Mi respiración le hace cosquillas, sonríe sin apartarse, sabe que estoy nerviosa, tal vez imagina que nunca besé a una chica, lo que no conoce es que me pongo así siempre que me gusta demasiado una persona, pierdo en el juego del amor, clamo con mi boca el contacto, ya no es ella quien se acerca, soy yo, con estas ganas locas de aprovecharme de ella, no puedo resistirle, es el aire que me falta, comienzo a murmurar cosas inconexas, necesito la proximidad con su boca, es allí donde sentiré el corazón desbocado descansar.

No hay más pretextos, no hay más tiempo ni espacio, la distancia se acorta, Vanessa me seduce, me invita a que sea yo su presa, rindiéndome a sus labios, bien delineados, suaves, carnosos, rojizos, mi deseo está latente en el ambiente, no podía escaparme de su embrujo, y soy finalmente yo quien toma su rostro con mis manos, soy yo quien en un segundo de ímpetu, voy contra todo, voy por ella, voy por ese beso caprichoso y seductor. Le estampo el beso más lujurioso de la historia. Me la como y la disfruto, cierro los ojos a su encanto, a esa nube que me envuelve, a las sensaciones de sus manos, cuando la comencé a hacer descender en el sofá, ella apoyada contra él, y yo sobre ella, procurando no recargar todo mi peso sobre Vanessa. Es frenesí, el impulso que sale desde el interior de mí ser, seguí arremetiendo contra ella, una y otra vez, no iba a dejar esa boca sin besar, no era indispensable respirar. Con sus dedos crispándome la piel, haciendo laberintos debajo de mi ropa, frotándome, tocando, deslizando cada prenda. Es el sentido de propiedad, que en ese segundo es mía y soy de ella.

No estoy del todo satisfecha con solo tocarla, quería más, anhelaba más. Me apresure en introducir una mano hasta sus pantalones, desabrocharle el botón y deslizar la cremallera de sus jeans. Ágilmente levanta las caderas para facilitarme el camino, sin terminar el beso mis manos ya comienzan su trabajo bajando a lo loco esa prenda, ayudándome con la rodilla y con lo que pueda iba a lograr que esos pantalones abandone su cuerpo.

Con el pantalón de ella hasta los tobillos, su polo tirado en el piso, el sujetador que apretaba sus pechos, y su ropa interior que me invitaba a conocerla. Ella lo tenía más fácil conmigo, fui yo misma quien no soporto el calor del polo, así que termine arrancándomelo de un solo tirón, la falda no fue necesario ni retirármela, ella era más rápida sacándome todo.

Empieza a vibrar y sonar por toda la mesa un móvil, ella pierde la concentración y estira su mano para alcanzar su teléfono, me percato de su intento por revisar quien llama e inmediatamente detengo el ataque.

… ok… contesta, no hay problema – separaba cada silaba mientras la pronuncio, realmente me encuentro agitada. Me levanto de ella y trato de reestablecer mi compostura – ya vengo… - me fui a la cocina, necesitaba agua urgente.

Vanessa se quedó en el sofá con los pantalones abajo, intentando sentarse en el asiento y sin poder decir ni una palabra junta.

Ya en la cocina, me doy cuenta que aunque tenga la falda mal puesta, mi ropa interior debí perderla en medio de la sala, mi cuerpo estaba quemando, sudaba bastante y lo único que atine es a remojar mi rostro con el agua del grifo. Debía recobrar la cordura y buscar algo de ropa.

Si, Hazel– la escucho conversar con la chica del centro comercial, Vanessa no estaba de buen humor por la interrupción – ¿Qué pasa?

Regreso a la sala y la veo acomodándose la ropa, sin soltar el celular.

Tranquila, voy para el depa. – Su voz denota preocupación - no abras a nadie, llegare en 20min. – Cuelga su móvil.

Lo siento Jay, tengo que irme. Un amigo algo borracho está asustando a Hazz en el departamento – Se aproxima a donde estoy y me da un beso en la mejilla - y tengo que ir a ver qué pasa, ella tiene miedo.
Solo asiento a sus palabras y antes que pueda formular una pregunta, Vane me abraza.

Hazel es sólo una amiga con quien comparto departamento – me mira y le da un ligero toque a mis labios - me gustas tú. Te llamo más tarde.

Me quede inerte con lo sucedido, inclusive después de que Vanessa desapareciera de mi casa, seguía parada en el mismo lugar donde me dio el beso. Casi me acuesto con una completa desconocida.


*** ***

Hazel ábreme, solo quiero conversar un rato – iba media hora desde que seguí gritando y golpeando la puerta del departamento. No tenía idea como había conseguido la dirección – Hazel sé que estás ahí, vamos ábreme.

Lo único seguro para mí, era encerrarme en mi cuarto y esperar a que se canse. Cuando no lo hizo ya me asuste, y lo primero que se me ocurrió es llamar a Vanessa, era seguro que estaría ocupada, sin embargo era la única que me podía ayudar.

Vanessa, tienes que venir. Manuel está en la puerta del depa desde hace bastante rato, gritando y golpeando, no sé qué hacer – solo escuchar su voz me dio serenidad – tienes que ayudarme, estoy encerrada en mi cuarto.

En cuanto me dijo que vendría, enseguida me sentí más tranquila. Era solo cuestión de esperarla. No se me ocurrió llamar a la policía para que pudieran hacer que Manuel se vaya, solo después de hablar con Vanessa fue cuando me di cuenta la estupidez que hice. Ella iba a tener una cita con Jay, seguro le malogre la noche, a pesar de encontrarme con celos por esa salida, no había pensado hacer algo para evitar que tuvieran su encuentro. Fue de forma accidental lo sucedido.

Cuando comenzó a disiparse el ruido me anime a salir de mi habitación, tal vez Manuel se fue a su casa. Escucho unos ruidos en el pasillo y es la policía haciendo que se retire del lugar, algún vecino del edificio tomo la decisión correcta.

Ya más relajada, prendí el televisor para distraerme y de paso traje mi laptop para ver si encontraba a unos de mis amigos conectados, no quería estar sola esta noche.

Hazz, soy yo – Se abre la puerta del departamento, y observo a Vanessa que viene a donde estoy para abrazarme – lo siento muchísimo, no pensé que haría algo así Manuel, ya me contó el portero del edificio que tuvieron que llamar a la policía, lo siento no debí darle la dirección.

Me suelto de sus brazos y le reclamo por qué hizo eso, ella se encoje de hombros y me pide disculpas.
No lo sé Hazz, me equivoque, nunca me imaginé que pensaba venir borracho al departamento – estaba claramente enojada con Vanessa, como se le ocurre invitar a su amigo a mi casa – perdóname, vine lo más pronto que pude. Te prometo no volverlo hacer, mañana lo llamo y lo pongo en su sitio, estoy segura que lo lamentará…. Él es un buen chico solo se pasó de copas.

No se te cruzo por la cabeza que podía ser peligroso – era un buen momento para recriminarle esto y el haberme dejado sola - ¿por qué haces estupideces Vanessa?, el tipo ese pudo romper la puerta y hacer cualquier cosa, mientras tú te la pasabas en grande con Jay.

Lo sé y lo siento Hazz, no lo hice adrede – me re juraba que lo lamentaba, y que jamás en su vida le daría la dirección a ningún amigo suyo – por favor cálmate, siéntate y hablemos.

No iba darle chance de que desprenda su magnetismo en mí, me fui sin dirigirle la palabra y cerrando de un porrazo la puerta de mí cuarto. Tal vez aprenda con eso a no meterse en mi vida. Estoy casi segura que le dio mi dirección porque pensó que de esa forma terminaría charlando con Manuel y siendo pareja; es una idiota.

La seguí escuchando por detrás de mi puerta, sus disculpas no iba aceptarlas hoy, me tape con mis almohadas con el fin de no escucharla, sé que podría ceder a sus encantos pero esta vez se pasó de la raya.


*** ***


No iba a dormirme sin que ella acepte mis disculpas, si era necesario acamparía todos los días en su puerta, en algún momento tendría que salir.

Me senté frente a su puerta esperando, no sé cuánto tiempo paso pero el sueño apareció, y poco a poco empecé a dormirme en el suelo. Cuando ya pensaba irme al sofá a descansar, escucho unos pasos en el cuarto de Hazz, seguro iba a cerciorarse que me fui. En otras ocasiones donde nos peleamos siempre me quedaba en su puerta esperando que ella me perdonara.

Abre despacio su puerta y yo sigo con los ojos cerrados, no quería se dé cuenta que aún estaba despierta.

Eres una idiota Vane – su voz es un susurro, insultándome por cometer otra de mis travesuras, sinceramente no entendía como me soporta todo este tiempo que vivimos juntas, parece masoquista, somos muy opuestas pero ella siempre cuida de mí. – te vas a resfriar si te quedas en el piso.

Intenta levantarme y yo sigo haciéndome la dormida, como no tiene tanta fuerza, decide traer un par de cobertores y almohadas de su habitación para tenderlos en el piso, al parecer haría una cama para mí.

Me das más trabajo con tus tontas disculpas – siento como me arropa con los cobertores – sabes que al final no puedo enojarme contigo – ahora que lo pienso es verdad, a pesar de meter la pata miles de veces, ella está ahí, dándome nuevas oportunidades. Evito que aparezca una sonrisa en mi rostro, hasta que siento sus manos haciéndome cosquillas por el cuerpo – Tonta, deja de hacerte la dormida..

Jajajaj jajaja basta, ok, ok, jajajjaa no más – si no paraba pronto me moriría en el piso – jajajaj ya, lo siento, hazz jajajaa – detuvo la tortura.

Ya que te hice una cama en el piso, tendrás que dormir aquí – me negué como niña pequeña y la abrazo de la cintura – eyy suéltame, ni creas que me quedare contigo…

Siiii, Hazz te quedas aquí. Vamos duerme conmigo – tiene una sonrisa y desvía sus ojos de los míos. Lo próximo que se, es que se arropa con mi cobertor – así es genial, sabes que me gusta dormir con chicas lindas.

Cállate tonta, que te ahogare con la almohada – me da la espalda en esta improvisada cama – ya que estas con mucha energía no necesitas ni abrigarte – me quita todo el cobertor, dejándome con frio.

Vamos, no seas mala… me congelare – comienzo a pasar mi dedo por su espalda, escribiendo letras con mi índice – tengo frio.

Se da la vuelta y su rostro queda muy cerca de mí, al principio me rio, y espero su próxima frase sarcástica, nada pasa, mi sonrisa comienza a borrarse, en eso ella no deja de centrarse en mis ojos.

¿Pasa algo? O te quedaste dormida con los ojos abiertos jejeje – mi pésimo intento por romper el contacto visual pasa desapercibido – ey zombiee…

Shhh – me pone un dedo en los labios – solo cállate un rato

Se acerca demasiado, me envuelve en un abrazo, de esos entre amigas…. Uhm no, es diferente. Me tiene entre sus brazos, mi rostro fue a parar a su cuello, descansando como si fuera mi almohada, la sentí muy cerca, tanto que sus pechos me rozaban, sus piernas se entrecruzaron con las mías, era como si intentara fusionarse conmigo, tal vez exagere con eso de tener frio. Me resulto lindo al principio, luego incomodo, era mi amiga y tenía claro en la cabeza que este tipo de roces no era adecuado para las dos, ella sabía que a mí me gustaban las chicas, que si bien desde el inicio la respete, y le dije que no se preocupara puesto que no iba a intentar nada con ella; es extraño para mi compartir tanta calidez, mis hormonas no distinguen entre una amante o una amiga.

La suavidad de sus piernas me impedía dormir o por lo menos cerrar los ojos, ella parece estar sumamente cómoda, no sabe cómo estoy sufriendo. Trato que mis latidos se tranquilicen, pienso en un campo, en la playa, en todo menos mujeres y una cama. Cuando sin querer su muslo frota imperceptiblemente mi entrepierna, me asusto. Me paralizo en las acciones.

Tengo que ir al baño – me desprendí de Hazz y me metí lo más pronto que pude al baño. En cuanto cerré esa puerta, toque mi pecho, el corazón daba unos saltos tremendos, y sentía la excitación recorrerme, esa sensación que empieza en la entrepierna y se va maximizando en cada parte del cuerpo, porque debía volverme sensible, ahora cualquier contacto haría que me erice.

Respira, es una amiga, es una amiga  - debía hacerle entrar en razón a mis desquiciadas hormonas, que dejen de acelerarse y se enfríen pronto o dormiría en la bañera -  es Hazz, sólo es Hazz, tu amiga, tu compañera, tu casi hermana, es Hazz.

Vi en el espejo el reflejo de una chica acalorada, las mejillas sonrojadas y los labios rojos, era obvio que la situación minutos antes me había desequilibrado, por no decir calentado.

Salí temerosa de hallar a una Hazz sentada y esperando una explicación. Seguro esas expresiones que siempre me hacen reír aparecerían una vez que le cuente que tuve mucho calor,  y ella me saldrá con que soy una perver. Por suerte Hazz seguía en la misma posición que la deje, el sueño profundo se apodero de ella.

Me acomode como pude, para evitar despertarla, trate lo máximo que se podía alejarme de su piel, no iba a permitir ni que su respiración me robara el sentido común. Cuando me cubrí y cierro los ojos para relajarme en los brazos de Morfeo. Un brazo rodeando mi cintura me devuelve a segundos todos los síntomas del deseo.

Como un bloque de cemento, mi cuerpo esta tieso, mis puños cerrados, si pudiera no respirar lo haría; jamás Hazz fue tan cariñosa conmigo, ella es de las que molesta pero a la hora de jugar con fuego se aleja.

Cuando Hazz acomoda su cuerpo tan cerca al mío, haciendo que encaje mi espalda con su pecho, me derrito, me muerdo los labios y agradezco estar de espaldas a esa mujer. Mi poco autocontrol cedería, y terminaría con uno u otro gemido si ella seguía frotándose de esa forma contra mí. Casi percibía sus senos erizados por debajo de su pijama, y obligando a mi mente a buscar paz interior, no conseguí que mis sentidos dejaran de disfrutar del contacto.

La mano que tenía presa mi cintura, fue ligeramente moviéndose más abajo, iba a estallar, si pronto no me despertaba alguien de esta pesadilla, porque si, debía ser una pesadilla, estar yo con Hazz de esta forma nada amical.

Retire mi cuerpo de sus manos, retrocediendo un poco, sin saber que eso sólo lograría que mi trasero se pegara más a su cuerpo, me estaba muriendo en vida. Cuando su mano toco el borde de mis jeans, ya mi razón pernoctaba en el limbo. Mi respiración se agito, era a gritos evidente que no soportaba más el conjunto de sensaciones que se apoderaban de mí. Hazz no sé qué tendría en la cabeza pero procuraba pegarse aún más, como si no fuera suficiente como estábamos ahora.

No entendía a mis hormonas, como es que Hazz lograba tenerme al punto del orgasmo sin si quiera haberme desvestido. El roce con la yema de sus dedos aletargaba mi pensar, ya no sólo era ella, mi espalda se pegó más a sus pechos, quería poder sentirlos hasta el más mínimo detalle. Cuando se detuvo en el botón de mi pantalón, justo en el centro, a pocos centímetros de la zona donde más placer puede uno sentir; es ahí cuando un gemido agónico escapa de mis labios.

Lo sentí venir, llenarme en lo profundo, disfrutar de la liberación de todos esos extraños deseos, ella logró que por primera vez….no fuera necesario nada más.

Como un cuerpo sin energía me quede quieta, mirando el techo, tapándome con un brazo los ojos, cualquier pensamiento se desvanecía, ¿Qué era yo en ese instante?

Hazel se soltó de mi cintura, y me dio la espalda, quedándose quieta para dormir. No supe si hablar, sin contarle que fue lo mejor, que jamás me sentí así, o preguntarle que mierda fue eso. No sabía nada. La deje ahí, tranquila.

Tal vez ella no se enteraba de la ola de sentimientos que hizo aparecer o como me desasí con su tacto, por supuesto, que iba a saber ella de lo que es el amor entre mujeres, algo más que amistad. Porque querría provocarme…

Experimentar nuevas cosas, y como era la única que conocía con quien podía probar algo diferente, pues aprovecho la noche para lanzarse encima mío. No, Hazel no era así, a pesar de tener ese aire de niña traviesa y de optimismo, en el fondo es algo recelosa de sus relaciones, no haría algo tan a la ligera.

Me quede ensimismada en mis meditaciones, de rato en rato volteaba a verla pero ella no me daba cara, mañana conversaríamos de lo sucedido.


*** ***

Al parecer se olvidó de llamar – deje el celular a un lado de mi cama, preguntándome qué tal le había ido a Vanessa – debe estar cansada.

No podía reprocharle nada, se comportó excelente conmigo. Esas horas a su lado me gustaron, y me encantaría pasar más tiempo al lado de esa chica. Como podía ser tan hermosa, con esas facciones creadas para seducirme, sabe que su sonrisa vuelve adicto a cualquiera. Lo único que me preocupaba era su relación con Hazel, lo bueno es que me aseguro que sólo es una amiga. Como no habría de confiar en Vane, si dejo a todo ese clan de chicas en el bar sólo para acompañarme y hacer café.


Dormí esa noche con una sonrisa, ya esperaba que amaneciera, tenía muchos planes para conocerla mejor. 

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