Estaba esperándole en plena
noche.
Eso no quiere decir, que siempre
le esperaba así, o que me hubiera dejado plantada, no, por supuesto que no. Lo
que pasa es que me llamo justo antes de llegar a mi casa para encontrarnos un
rato en un centro comercial y después irnos al cine. Una salida típica para dos
personas que se van conociendo.
Aunque me parece que él me conoce
mejor; según me conto hace un mes, el estuvo intentando ligarme desde que nos
presentaron, la verdad que su forma de ligar es nula o soy muy despistada.
Quien pensaría que con sus frases: “te traigo una silla”, “aquí hay sitio”,
“¿Cómo te va?, hace calor, no?; todas y cada una eran su forma de decirme que
yo le agradaba un poquito más que sus otras compañeras de trabajo. Sin duda,
debería enseñarle uno que otro truco para que aprenda a conquistar a una chica.
Tal vez fue que no quise darme
cuenta, en esos tiempos mis pensamientos iban en otra dirección, o como él
dice: parabas con la laptop y el teléfono todo el día, y bueno… no quería
distraerte; me reía de sus palabras llenas de timidez, porque no era capaz de
mirarme a los ojos y decirme claramente las cosas, tenía que ir con los juegos
de niños para ver si un martes del próximo milenio, conectaba sus arranques de
efusividad y lo asociaba a que le gustaba. Ilógico, ¿verdad?
En fin, desde un mes como que
estamos “saliendo”, lo realista seria que el sale conmigo, y yo ni sé porque
estoy esperándole actualmente aquí. Si hablamos de amarlo, es muy pronto, tal
vez me llama la atención su manera de ser, o sus torpezas similares a las mías.
Sin embargo, he notado que ando media autista cuando él se pone a hablar que
deberíamos ser novios; me voy directo a mi mundo, y le termino soltando lo
primero que pasa por mi cabeza, lamentablemente no siempre es lo apropiado.
Antes de ayer:
Caminábamos a eso de las 7pm,
buscando un buen sitio para tomarnos un café y conversar, pero entonces aparece
un dichoso vendedor de flores, no conviene pasar por parques. El me pide
esperarle un minuto mientras va al alcance del vendedor; se fue antes de poder
informarle que me gustan las cosas prácticas y una rosa para mí es un
desperdicio de dinero.
Miguel: Toma, es para ti – La
sonrisa en su rostro era muy linda - ¿te gusta?
Yo: a ok, gracias – trato de
componer una sonrisa, y bueno lo más lógico era guardarlo en mi bolso – creo
que a una cuadra hay una cafetería nueva.
Miguel: … ¿no te gusto la rosa? –
Ahí recién se prendieron mis neuronas, y supongo que no esperaba una reacción
tan seca.
Yo: ah – algo avergonzada por mi
comportamiento, trate de sacar algo de “dulzura” y llevar la situación – sí,
claro, esta genial, ¿crees que debería sacarla? – no sé cómo actuar – lo
siento.
Miguel: jajaja supongo que no te
gustan las flores.
Yo: uhm… chico listo, lo notaste
jajaja – me relajo y encojo de hombros – la verdad, prefiero cosas útiles, por
ejemplo ese cubo de rubick que venden allá, o el carrito a escala, creo que es
un mini Cooper, si, si, lo es, vamos, vamos – se me iluminaron los ojos, tenía
que comprarlo, un nuevo modelo para mi colección.
Miguel: jajaja me diviertes – y
no sé porque pero me da un par de palmaditas en la cabeza, como si fuera niña
pequeña – vamos, de paso yo veo si hay mi correo en versión juguete.
Yo: ey, ey, no son juguetes, son
autos de colección – me ofendí ligeramente y luego termine riendo junto con él.
Miguel: te gusto, ¿verdad?
Yo: sabias que el delfín rosado
esta en extinción, vi un reportaje sobre eso…
Como se pueden dar cuenta, la
sutileza no va conmigo, y si lo acepto, soy despistada. Las cosas claras o soy
incapaz de leer entre líneas. Aunque me gusta un poquito Miguel, se ve recontra
guapo cuando anda en terno, o con sus camisitas a rayas, o la de cuadraditos, o
las de colores vivos, jajaja en fin, le queda perfecto todo lo que se ponga,
tiene un cuerpo que parece tallado a mano… y eso que aun me falta conocer más
detalles de su anatomía. Antes que siga alucinando regreso al tema, a pesar de
que tiene muchos puntos a favor, aun no me mueve el piso, y eso significa que
con el no me funciono el amor a primera vista, ni a segunda, ni a tercera…
quien sabe de aquí otro mes.
Mientras tanto seguimos saliendo,
somos más que amigos, menos que novios, mucho menos que amantes, ambos
solteros, teniendo un trabajo tranquilo, con un sueldo suficiente para nuestra
edad, y me deja manejar su auto, yeahhh que más se puede pedir…
¿Amor, deseo, pasión?
*** ***
Ya me había cansado de esperarle
en la puerta del centro comercial, el trafico estaba pesado, seguro demoraría
más de lo que prometió.
Pensándolo mejor… voy haciendo
las compras de la semana – pensaba en voz alta – creo que necesito provisiones
jujuju
Busque uno de esos cochecitos
para llevar las cosas, y me adentre en los estantes de comestibles, verduras,
golosinas, etc. No sabía por dónde empezar a comprar, y además está el hecho
que soy indecisa, miraba un producto lo ponía entre las cosas que debía de
llevar y al rato lo sacaba, joder, por eso es que no hago las compras yo. ¡Qué
pérdida de tiempo!
Entonces en eso que trataba de
decidirme entre la marca de leche de soya, me chocan el coche, lo que me obliga
a soltar la lata de leche, y seguramente me iba a dejar un raspón en el
tobillo.
Carajo, mira por dónde vas –
jajaja no es que sea un ogro con la humanidad, ni que me comporte normalmente
así… - mmm
Lo siento, lo siento, disculpa
estaba distraída – y ahí señores y señoras, señoritos y señoritas, los ojos mas
preciosos que había visto, la sonrisa más linda, los labios mejor delineados,
ahí sin duda estaba un ángel.
ehh, no nada – no sé porque
miércoles me salió una vocecita de niña buena e inocente – disculpa por gritar
– tenia costumbre de despeinarme el cabello cuando andaba nerviosa.
De verdad, disculpa – La chica
habría pensado que quede lesionada de por vida, por que tantas disculpas,
total, los accidentes ocurren, y si era un raspón, bah que importa, una vendita
y se arregla. – Esto es tuyo – me alcanza la lata de leche.
oh si, gracias – Mis músculos
faciales se quedaron detenidos en una sonrisa de oreja a oreja, porque me pasan
estas cosas – ehm, uhm… supongo que seguiré comprando, permiso.
jajaja yo también, bueno, bye.
ok, bye. – Sonrisa tonta, gestos
torpes, sonrojo en las mejillas, hablar rápido y cortante, palpitaciones, y no
conectar dos neuronas. –je je je
Qué momento más incomodo, me iba
a dar una palmada en la frente yo misma, porque en serio, hacer y decir tanta
estupidez junta es para que me decida a sacarme un encefalograma o una cita con
el psicólogo, ni me percate de que aun
sostenía la lata de leche en mi mano, y me fui a dar tremendo golpe con el
metal.
auchhh, fuck, idiota – nada mejor
que insultarse en voz alta – que estas pensando?, mejor dicho piensa!
Escucho una risita a un costado,
y es la chica que seguía comprando cosas a solo un 1 metro de distancia de mí.
La observo y a pesar que intenta disimular su risa, no puede ni tapándose la
boca con las manos.
Normalmente no soy tan torpe –
Ella solo asiente la cabeza y me devuelve una sonrisa, bellísima sonrisa, que
manera de derretirme – ahh, uhm… en fin, bye de nuevo – hice una especie de
saludo militar y me fui de ahí, empujando el cochecito y buscando el camino más
corto al centro de la tierra, esa sería mi nueva morada, hogar…dulce hogar.
Después de escapar de esa chica,
y esconderme en la sección de alimento para mascotas por unos 20 minutos, y
para colmo revisaba cada marca, como si yo tuviera algún animal a mi cuidado.
Suena el timbre de mi celular, a
todo volumen, con esa cancioncita en portugués tan pegajosa.
Si, quien es – Contesto.
Soy yo, Miguel – era mi
cuasinovio, que por cierto lo olvide por completo en estos minutos – ya llegue,
y no te encuentro, ¿Dónde estás?
Ah bueno, estoy en la sección de
alimento para mascotas – Respondo.
¿Qué haces ahí?– añade Miguel -
No se supone que no tienes ni perros ni gatos
Wow…Es cierto… gracias por
recordármelo, bah – mi naturaleza es el sarcasmo e ironía – jajaja, bueno ya
que estoy aquí, que galletitas son tus preferidas jajaja
Graciosita te crees – Se ríe
Miguel – espérame, voy para allá.
Oki doki – Le colgué.
En eso retrocedo con el coche,
para dar la vuelta, y esta vez soy yo quien termina golpeando a una chica.
Ups, lo siento – Me disculpo
inmediatamente.
Si que estuviste pensando en la
venganza – era la misma chica de hace un rato, solo que ahora se sobaba la
cintura – jajaja ¿me estas siguiendo?
Ah tu, yo no… no, no, no fue
venganza jejeje casualidad, sí, eso – y porque será que mis conversaciones
mentales salen en el momento más inoportuno – uhm…pero no creo en la casualidad
ni en el destino, todo era inevitable.
Cuando veo una expresión en su
rostro que es como WTF? Que tiene esta chica?, decido salir por la tangente, y
huir del peligro.
Bueno, me voy, cuídate, que
tengas buenas compras – Porque no sale una frase normal de mis labios – o
buenas noches, o sea jajaja shhh, si, no, mmm, mejor me callo, bye – era
demasiado lo que desordene mi cabello en ese lapso de tiempo.
Jajaja que elocuente –
Resignación de mi parte, tengo que aprender a comunicarme como una persona
normal – bye
Bye – termine mirando el piso y
avanzando con el cochecito hacia el otro pasillo de productos.
*** ***
¿De quién te escondes? – supongo
que era obvio el estar detrás de él, esperando que la chica que esta a unos 2
metros no me reconozca – ey, deja de estar jugando.
¿Qué cosa? No hago nada – y
levante la cabeza para observar por encima de su hombro – soy normal.
Ajá, mmm es alguien conocido ese
chico? – Preguntó en un tono molesto, se refiere a un chico que cogía una salsa
de tomate del estante – no quieres que te vean conmigo.
No, no, no seas tonto, me gustas
– hablaba cualquier cosa, con tal de que no molestara ni me distrajera – ahora porque
mejor no vamos a la sección carnes – le di un par de palmaditas “amorosas” en
la mejilla.
Uhm… no me convences con eso –
toma mi rostro entre sus manos y me planta un beso.
No pude cerrar los ojos durante
el beso, estaba más entretenida mirando a la chica de hace un rato, y justo
antes de que volteara a mi dirección, termine empujando suavemente a Miguel.
Oye… aun no terminaba – me sonríe
dulcemente.
(Pero yo sí) Jajaja lo sé Miguel,
pero el premio para más tarde – podía ser humanamente sensible y cariñosa si me
lo proponía – ahora alcánzame esos fideos de arriba del estante.
Ok – Está de espaldas a mí.
La chica de hace un rato, pasa
por mi lado y me sonríe, yo le respondo igual. ¿Estaríamos coqueteando
discretamente? ¿Le estoy ya siendo infiel a Miguel? ¿De nuevo ando tras una
chica? Esto y miles de preguntas más estallaron en mi cabeza.
Es este… - ni sabía lo que me
mostraba Miguel.
Si, ese mismo – Respondí, sin
dejar de seguir a esa chica con la mirada.
Sentí que dejo un rastro por ese
pasillo, uno alucinógeno e imposible de escapar. Tenía que por lo menos
conseguir su nombre, conversar un minuto, o no sé, pero necesitaba algo de
ella. Estoy hipnotizada.
Estas segura que es este – La voz
de Miguel ahora a unos cuantos centímetros de mi - pensé que no te gustaban
estos fideos caseros.
Uhm… no, no es ese – volví a
señalar el producto que quería – devuélvelos.
*** ***
Nunca me tildaron de acosadora
pero hay una delgada línea que me separa de esa denominación, buscaba corredor
por corredor a la preciosa chica que parece un ángel caído del cielo, esta
noche mínimo debía saber su delicioso nombre. No es nada fácil reencontrarte
con el amor de tu vida, si al mismo tiempo debía pasármela conversando y
haciéndole mimos a Miguel; lo mandaba a buscar las marcas más raras con tal de
que se despegara de mí. Y el muy condenado, lo traía en dos segundos, no había
forma de deshacerme de él. Salvo…
Miguel, me falto comprar verduras
para la ensalada – la mirada más tierna que tenía en mi repertorio - ¿puedes
irlas buscando mientras voy a los servicios?
Está bien pero no demores –
acerca su rostro al mío - te extraño – beso y beso y mas besos de por medio –
mucho, mucho – yo quería que termine de tocar mis labios.
Si, ok – me fui del lugar -
volveré rápido.
En cuanto estuve lo suficiente
alejada de Miguel, comenzó mi tarea de buscar a la preciosa mujer con la cual
tuve un encuentro cercano del tercer tipo, un flechazo, amor a primera vista.
Existía, oh sí.
¿Dónde se habrá metido? – Repetía
la misma pregunta cada vez que no lograba verla en los pasillos – Tal vez el
segundo piso.
Subí las escaleras con la
esperanza de encontrarla en la zona de juguetes o por lo menos desde esa altura
la divisaría entre tanta gente.
La juguetería en tiempo de
navidad es un caos, los pequeños niños se transforman en unos duendes
horrorosos, gritando, llorando, peleando, corriendo, jugando. Era demasiada la
bulla que producían estos futuros delincuentes. Respire profundamente y me
decidí a no dar mi brazo a torcer, tenía que hablarle.
Pasillo A-2, despejado.
Pasillo A-3, chicas, chicas, no,
ella no, esa…nop. Nada.
Pasillo A-4, niños llorones,
barquitos, espadas de colores y carritos de colección…
Uhm, ¿podría haber un mini Cooper
entre todos? – Me brillaban los ojos al observar la montaña de pequeños
carritos a escala – quien sabe ya se fue.
Esquive uno que otro niño, los
empuje para que me dejaran pasar, incluso creo que sin querer patee una pelota
con la que jugaban, todo por alcanzar mi camino a la luz… digo a los carritos.
Ohhh si, todo mi jujuju –
Verifique en mi bolsillo mi tarjeta de crédito, efectivamente la tenia conmigo
para estos casos – Que bonita navidad voy a tener…jijiji
Me senté cruzada de piernas en el
piso, y no es que iba a jugar con los carritos, pero quería tomarme mi tiempo
para revisarlos, identificar la marca, el modelo, el año, y si estaban en
perfecto estado.
¿Cuál me recomiendas para un niño
de 3 años? – La pregunta me tomo por sorpresa, y solté inmediatamente un par de
mustang – pareces una experta en juguetes.
Levante la vista para hallar a
esa personita tan particular, sin duda la suerte era mi aliada, navidad,
navidad, papa Noel quiero de regalo una como ella, en el mismo tamaño, mismo
modelo, y no importa la envoltura, total la prefiero sin eso.
Ehhh… ho-hola – Si, cuando estoy
nerviosa suelo tener deficiencia mental
Hola – Deja el coche a un
costado, y se sienta a mi lado – interrumpí tu sesión de juego.
No, no, es para… mmm mi sobrinito
– no tengo ni una excusa buena, además el eludir la verdad provoca que me
sonroje escandalosamente - ¿y qué haces por aquí?
Busco muebles jajajja – con su
dedo índice me señala todo el lugar y con sus ojos al techo me indica que mi
pregunta fue muy obvia - ¿estás nerviosa?
Jajajajja jajajja yo jajaja
porque jajaja para, no, - La risa que no tenia fin – yo, no.
Claro… ¿y tu novio? – Mira a
ambos lados – ¿lo abandonaste por buscarme? – en el aire se quedo esa pizca de
coquetería.
No tengo novio, es un amigo, y ni
idea donde esta – le sonreí y no pude apartar mis ojos de los suyos por largo
rato – no te buscaba.
Y si te digo que yo si – eso me
tomo con la guardia baja – te sonrojas tan rápido siempre.
Jajajaja uhm… te gustan los carritos
– El cambio de tema no lo propuse yo, fue mi boca solita la que se metió donde
no la llamaron – te juro que soy normal, pero no se qué pasa estos días
(minutos contigo), el espíritu navideño me ha invadido, dejándome media idiota.
Mmm suele pasar – me mira como
interpretándome, analizando mis
expresiones – me llamo...
Lo siento, dame un minuto – mi
celular comenzó a sonar escandalosamente, ella asiente – si, hola
Se trataba de Miguel, pero que
hombre más jodido e inoportuno, en ocasiones como ahora no me arrepiento de
hasta ahora no aceptar ser su novia.
Si, si… ya voy, me demore un rato
viendo unas cosas – me cansaba que algunas personas se me peguen y no quieran
estar lejos – no es necesario, ya voy, anda yendo a la caja a pagar, ok, bye.
Creo que mejor me voy – Se
levanta del suelo la chica – nunca hay que interponerse en las relaciones.
¿Ahhh? – Tenia una gran
interrogante en el rostro – no, no tengo nada con él.
Se nota que aun no le avisas al
susodicho jajaja – me da la mano para ayudarme a levantar – vamos te acompaño a
la caja, yo también ya me iba.
Muy en el fondo renegaba
demasiado conmigo misma y con Miguel, me enoja cuando suponen cosas que no son
y lo peor no me creen.
¿Siempre haces las compras de la
semana aquí? – Pregunta casualmente para romper el silencio – ¿y tus carritos?
– se detiene de improviso.
No déjalo, ya fue, otro día
vendré a comprarlos – respondo toda desganada, en serio que me gustaba esta
chica y no lograba ligármela – vamos nomas, me están esperando.
Mmmm… te puedes quedar quieta
aquí un minuto, me olvide algo – Yo asiento y la veo alejarse.
Cuando estaba a solas pensaba que
haberme topado con esta chica, era una señal en mi vida, la cual me decía a
gritos: por algo pasan las cosas. Es cierto, estos últimos meses del año fueron
relativamente extraños; especialmente que el año pasado tuve a alguien como
Miguel tan cerca y que no supe apreciar, lo deje olvidado por preocuparme de
otras personas, las que al final no eran tan indispensables como creí. Me
propuse que este 2012 sería un buen año para mi, y que estaría más abierta a
todas las posibilidades, buenas vibras, amistades, relaciones, choque y fuga,
un gustar, un amor a primera vista o lo que quisiera traerme el mañana. No
volvería a perder mi tiempo, cada día se aprende algo nuevo, ¿no?
Listo, vámonos – me toca el
hombro para que despierte de mis pensamientos – se hace tarde.
Si, tienes razón – Era tan
relajado perderme en mirarla – ¿Cómo te llamas?
Pensé que nunca preguntarías – se
ríe – ¿bajamos por el ascensor?
Jajaja Paso. Por allá hay una
rampa para bajar el cochecito – quería demorarme lo mas que pudiera – y ¿tú no
quieres saber cómo me llamo?
Esperaba que tu solita me lo
digas – Esta chica me seducía, que manía tengo de buscarme chicas que son así
de jodidas conmigo jajaja – dime Vane
Así que Vanessa – Le sonrío – me
llamo J…
Aquí estas – Siento unos brazos
pesados alrededor de mis hombros, y luego me estampa un beso en la mejilla – Te
demoras mucho.
Si... – mi escueta respuesta no
le hizo entender que me la pasaba mal casi cargándolo – suéltame
Jajaja, hacen una bonita pareja –
Añade Vane – bueno, creo que buscare otra caja para pagar todo esto, nos vemos.
Ah espera – Sabia que esto
acabaría de mala forma, si no era cuidadosa con mis palabras – Te cuidas – no
se me ocurrió otra cosa delante de Miguel.
Tu también – Me responde y se
despide con la mano – mmm mañana si estas por aquí espero me ayudes a buscar
carritos… para mi sobrino jajaja – sé que eso ultimo lo dice porque no me creyó
mi pobre excusa – a las ocho, nos vemos.
Era la información suficiente, lo
capte, una especie de cita. Si genial. Acepto.
Siii está bien – Se que noto
cuanto me agrado su comentario – además tengo que volver a buscar mi mini
Cooper.
Jajaja claro… - entonces me
muestra mi mini Cooper azul que había elegido en la sección de juguetería –
hasta mañana.
Lo entendí perfectamente, cuando
coloco mi carrito entre sus compras, esa era una invitación a que no fallaría
en la cita, y estaría puntual en la juguetería. Me da la espalda y se retira en
busca de una caja vacía.
¿Quién es esa? – Pregunta Miguel
– no me presentaste.
Si, si – me irrito que me sacara
de mi burbuja temporal de felicidad – ya nos toca, dame permiso aquí tengo la
tarjeta.
Mmm – Ni le di importancia a la
molestia que le provoco mi falta de respuesta – a veces eres tan indiferente
conmigo.
Vamos, no te pongas sentimental
ni sensible… - le doy la usual palmadita en la mejilla – Miguel me gustas, así
que tranqui.
A mi también me gustas – me
despeina y yo le hago cosquillas – jajaja de aquí vamos al cine
¿Con los paquetes? – Replico –
creo que no…
Esta noche quería ir a la cama
temprano, dormir rápido, esperar a que amanezca, se pase la tarde y sean las
ocho para saber más de aquella personita.
*** ***
En cuanto regrese a casa, estaba
tan impregnada de ella, de su esencia y como movió, jugo, hizo y deshizo mis
sentidos en cuestión de segundos, debía retratarla, dibujarla durante la
amanecida, dedicarle mil quinientos escritos a su hermosura, o no sé,
perpetuarla en una historia.
Me senté en la laptop y empecé a
escribir.
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